Una casa de ladrillo en Indonesia.
En Sidoarjo, al Este de Java, en Indonesia, Andy Rahman ha diseñado la residencia 'omah boto'. Un proyecto desarrollado junto a artesanos locales, que, con elementos de la arquitectura tradicional indonesia, refleja en su construcción la historia arquitectónica de la región.
Situada entre los templos Pari y Sumur, la casa combina, en su diseño,el espíritu artesanal indonesio con el diseño contemporáneo. «En el proyecto, los artesanos se convierten en un socio más del proceso de diseño y construcción», señala el arquitecto, que ha tratado con ella de «hacer vibrar a Indonesia».
El ladrillo rojo típico de la región donde se ubica, es el principal protagonista de una casa a la que da nombre –’omah boto’ significa ‘casa de ladrillo’–. Profundamente arraigado a la arquitectura del Este de Java desde la era del reinado de los Majapahit, este material ha continuado utilizándose hasta la actualidad. Usado por la mayoría de los artesanos de la región, se emplea además como principal estándar de medición. Sus dimensiones determinan la altura del alféizar, los anchos de puerta o, incluso, las áreas de las distintas estancias.
Inspiración Batik
Los distintos patrones utilizados en la construcción de la casa de ladrillo son resultado de un exhaustivo trabajo de investigación y colaboración entre arquitecto y artesanos. Construidos a partir de técnicas que requieren de una gran precisión, algunos de estos diseños están inspirados en motivos Batik, como el Parang y el Pucuk Rebung, para los ladrillos de paredes y suelos, o el Kawung en el baño.
Los trece modelos generan interesantes combinaciones, tanto en las fachadas exteriores como en las paredes y techos del interior. Todos ellos, combinados con otros elementos típicos de la arquitectura tradicional de Indonesia, como son el bambú, la madera y el ratán.
Programa tradicional javanés
La planta de la casa adopta el programa tradicional javanés, organizado en tres zonas principales. Un área pública o comunitaria en el frente de la casa, o ‘pendhapa’, una de transición en el centro, o ‘pringgitan’, o otra más privada al fondo, o ‘dalem’. Aunque tradicionalmente estas zonas se organizan horizontalmente, en esta casa se distribuyen en vertical. Con la planta baja destinada para la sala comunitaria, la segunda y la tercera se reservan para la sala de estar y los dormitorios, respectivamente.
La casa también cuenta con una sala de oración sagrada o ‘musholla’. Ésta ha sido concebida como una ‘Garbhagriha’, la cámara o santuario más íntimo y el corazón de un templo hinduista. Con suelo, paredes y techo de ladrillo, busca recordar a las personas su origen y propósito de vida.
Reinterpretar la tradición
La piel que reviste la casa es una interpretación del ‘Gedheg’, el bambú hueco tejido utilizado en las construcciones en Indonesia. En este caso, en forma de una fachada de ladrillo rojo que, diseñada para reducir el deslumbramiento, maximiza el flujo de aire al tiempo que mantiene la privacidad del propietario.
Fotografía: Mansyur Hasan.