Casa Almudena: un lugar donde compartir.
"Almudena y Jordi me pidieron una casa de una sola planta para vivir 'en familia' junto a sus hijos", cuenta Jesús Perales. Como resultado, el arquitecto ha construido un verdadero hogar, que cumple con creces los deseos de la pareja: lograr pasar tiempo juntos.
Aficionada a la música, las artes plásticas o la cocina, la pareja quería una casa para compartir. Un espacio que, conservando su privacidad respecto a la calle, se abriese a su privilegiado vecino: un precioso viñedo. Todo ello se materializa en una arquitectura con dos caras opuestas: una muraría en fachada y otra quebrada, de formas irregulares, hacia el paisaje de viñedos.
Situada en Els Boscos (Banyeres del Penedès, Tarragona), y con una superficie construida de 224, 28 metros cuadrados, la vivienda se articula en torno a distintos recorridos que rodean su patio central. Eje de la distribución conecta visualmente con las distintas partes de la casa. «De este modo, no importa si estás haciendo la cena mientras los peques están con los deberes. Siempre tienes la sensación de estar acompañado por el resto de la familia», explica el arquitecto Jesús Perales.
Concebida en torno al patio
El patio, corazón de la casa, permite que todas las áreas vivideras compartan un espacio común. Se logra, así, que las distintas estancias de la casa se conviertan en una gran sala para disfrutar en familia.
Más allá de los recorridos, cada estancia se construye de forma independiente, hechas pieza a pieza y con características cubiertas inclinadas. De hormigón, estas últimas dejan a la vista todo su proceso de construcción: desde las líneas de encofrado a todas las imperfecciones propias del proceso de trabajo.
Sinceridad constructiva
Para dotar de humanidad a la vivienda, Jesús Perales ha elegido materiales vistos, como la cerámica, el hormigón o la madera. De esta forma se logra la característica estética, como ‘a medio construir’, que la define y la hace única.
La construcción ha seguido el método tradicional. Tras levantarse la estructura, se revistieron paredes y techos con aislamiento de madera. Se garantiza así, de forma natural y transpirable, la inexistencia de ningún puente térmico.
Fotografía: Marcela Grassi