Centro Kálida Sant Pau, una Casa para todos.
Barcelona acaba de inaugurar el Centro Kálida Sant Pau. Un "espacio para la esperanza", diseñado por Benedetta Tagliabue (EMBT) para Maggie's Centres, una fundación dedicada a la promoción de espacios para la atención de personas con cáncer. Ha contado, también, con el interiorismo de Patricia Urquiola y la aportación desinteresada de numerosas empresas de diseño.
Centro Kálida Sant Pau
Integrado en el entorno modernista del Hospital de Sant Pau de Barcelona, el Centro Kálida Sant Pau ha sido diseñado para acoger, acompañar y mejorar la vida de las personas con cáncer. Una Casa para todos -profesionales, familiares y enfermos- ubicada en un entorno único, declarado Patrimonio de la Humanidad en 1997.
Con la colaboración de Benedetta Tagliabue
El proyecto materializa la capacidad curativa de una arquitectura convertida en terapia. A través de espacios abiertos, luminosos y ventilados, la intervención construye un entorno de convivencia. En él, se comparten emociones y experiencias.
«Se trata de mejorar la calidad de vida de las personas, tanto de las que sufren la enfermedad como de las que les acompañan», cuenta Benedetta Tagliabue. La arquitecta italiana afincada en Barcelona se ha involucrado desinteresadamente en el proyecto. Hace años ella misma vivió en primera persona de la pérdida de su marido, Enric Miralles, a causa de un cáncer.
«He querido que el edificio crezca como lo hacen las flores de colores del hospital original», cuenta la arquitecta. A partir de la riqueza de materiales, texturas, colores, geometrías y vegetación del hospital original, Tagliabue reinterpreta el lenguaje modernista original de Domènech i Montaner. Su escala, fachadas y jardín dialogan con un edificio que desde su creación contó con espacios innovadores y especialmente bellos.
Compuesta por un muro de ladrillo cerámico con colores y texturas, la fachada ha sido concebida como un elemento más del jardín. De esta forma, el muro se convierte en una celosía cerámica que, preservando la intimidad de los usuarios del centro, filtra la luz, ventila y dirige las vistas.
Por su parte, tanto la pérgola exterior como la celosía de la fachada han sido elaboradas con tulipwood estadounidense. Una madera que por sus características y gracias al tratamiento de termotratado que se le ha realizado, proporciona la resistencia necesaria a las condiciones climáticas, a la vez que le otorga calidez y elegancia al edificio. El diseño de la pérgola, a través de la que el visitante se sumerge para llegar al acceso principal del edificio, ha sido proyectado para que actúe como capa protectora del espacio del jardín. Está compuesta por tablas de madera de tulipwood termotratado situadas en pequeños triángulos enmarcados por una estructura de acero que actúa de contrapunto y ofrece un juego de texturas al espacio exterior. Este diseño permite que el concepto de hospital desaparezca y ofrezca, al mismo tiempo, intimidad del resto de edificios que rodean a Kálida Sant Pau.
Mientras que la celosía de la fachada ha sido realizada con tablones listones de madera también de tulipwood termotratado, colocados horizontalmente para que dejen filtrar la luz. Permiten así observar el exterior del recinto del Hospital de Sant Pau y, a su vez, preservar la intimidad. Según palabras de Benedetta Tagliabue: “El uso de la madera ha sido una muy buena elección, pues nos ha permitido situar elementos de forma elegante y trabajar sus formas de manera idónea para las aplicaciones exteriores”.
Interiorismo con sello Urquiola
Para el interiorismo, Tagliabue ha contado con una colaboradora de excepción como Patricia Urquiola. La diseñadora española, que vive en Milán, también ha trabajado de forma altruista en este proyecto. Urquiola ha llenado el espacio con su inconfundible sello y ha logrado involucrar a numerosas marcas del sector.
Empresas colaboradoras
Una de ellas ha sido Kettal, que ha donado butacas, sillas y mesas de interior, así como piezas para el jardín. Gan ha contribuido con un conjunto de sofás para una de las salas grupales y varias de sus acogedoras alfombras.
Junto a ellos, se han sumado a la iniciativa marcas como Point, Moroso, Andreu World, Cappellini, Arlex, Flos, Marset, Santa & Cole, Teixidors, Kvadrat, AHEC, Bulthaup, Listone Giordano o Mutina.
Acceso y jardín
La entrada principal se produce a través de la planta jardín. Se accede directamente a la zona de oncología por una zona pavimentada. Situado bajo rasante según la cota de referencia, el jardín queda así protegido por una serie de muros, pérgolas y vegetación.
Planta baja
Flexible, abierta y concebida como una secuencia de jardines y patios, la planta baja nace del jardín que la rodea. Con una pequeña biblioteca y una sala de usos múltiples, todo el espacio gira en torno al vestíbulo y un comedor a doble altura. Para diluir los límites entre el entorno hospitalario y el jardín, todas las piezas se rodean de verde. Ya fuera, patios, jardines, pérgolas y árboles aportan privacidad a un espacio exterior ajeno a las miradas vecinas.
Planta alta
Situada a la cota del paseo definido por el plan urbanístico, la planta alta (o baja, si se tiene en cuenta la cota de referencia), se distribuye en torno al doble espacio central del comedor. Hacia el sur, una piel de persianas de madera y celosías permite vislumbrar desde dentro los edificios modernistas cercanos, sin renunciar por ello a la intimidad.
Impulsado por la Fundación Kálida (creada en 2016 por Nous Cims), la Fundació Privada de l’Hospital de la Santa Creu i Sant Pau y Maggie´s Centres, el proyecto introduce en España la labor que ésta última lleva años desarrollando en otros lugares del mundo.
Fotografía: Fundación Kálida y Lluc Miralles