Rehabilitar una vivienda histórica en clave actual.
Antes de la intervención, sus 120 metros cuadrados se encontraban compartimentados en exceso por un sinfín de tabiques y falsos techos, que ocultaban su generosa altura libre, la estructura de entramado de madera y los muros macizos característicos de la arquitectura del conjunto palaciego del siglo XVIII al que pertenece.
Espacios diáfanos
El equipo dirigido por la arquitecta Virginia del Barco decidió eliminar todas esas capas superfluas que se habían ido añadiendo con el tiempo, para devolver al espacio su escala original. Para conseguir una mayor amplitud y fluidez, se decidió unificar en un único ambiente las zonas de estar, comedor y cocina. Ésta se organiza en torno a una gran isla central, cuyo color negro y tamaño evocan una escultura tallada en granito.
Además de los dos dormitorios destinados a los padres y a los hijos, la familia necesitaba una estancia adicional para dedicarla a zona de estudio. Para ubicarla se dividió uno de los brazos de la “L” que conforma el amplio espacio del estar-comedor a través de una fina mampara de madera de haya y vidrio.
Contiguo a esta estancia –utilizando vidrio textil y panelados de madera en uno de sus lados– se alojó un segundo cuarto de baño, que no existía originalmente.
Por otro lado, en la zona del dormitorio principal, se transformó un armario estrecho y oscuro, en un agradable baño spa.
Gracias al revestimiento de micro cemento ocre y a la ubicación estratégica de un vidrio translúcido que aporta luz natural, se consigue crear una relajante atmósfera en un incómodo y poco funcional espacio con forma de cuello de botella.
Lenguaje contemporáneo
El lenguaje formal que se ha dado a toda la casa es 100% contemporáneo, ya que para los autores del proyecto, cualquier intervención en una vivienda histórica debe responder a su tiempo.
Molduras clásicas que no llegan al techo, un rodapié que se esconde en la parte inferior del muro en lugar de sobresalir, el vidrio en contacto directo con los paramentos al eliminar el marco perimetral de la mampara que separa la zona de estudio… son detalles que revelan el interés por interpretar el estilo clásico desde una perspectiva actual.
Para conseguir una imagen unitaria, Ideo Arquitectura ha realizado también el diseño de todas las carpinterías y mobiliario fijo. Entre dichas soluciones destaca la celosía formada por pletinas de acero que separa el vestíbulo de entrada de la cocina.
Este tabique se aprovecha para alojar un armario y diez zapateros de madera en su parte inferior.
Fotografías: Imagen Subliminal