Estilo escandinavo para un piso del Eixample.
¿Cómo favorecer un piso de 90 metros cuadrados para que una familia joven lo disfrute en su tiempo de ocio? Por ejemplo, priorizando las necesidades de sus miembros y aplicando el manual del estilo escandinavo. Esta es la propuesta del estudio F2M Arquitectura para una vivienda del Eixample de Barcelona.
Este apartamento nórdico está situado en un edificio histórico, de modo que cuenta con elementos de gran riqueza arquitectónica como los techos de casi cuatro metros de altura y seis balcones, ni más ni menos.
El piso ha sido sometido a una reforma integral para ofrecer un gran espacio de socialización y pequeños placeres como un dormitorio principal con vestidor y baño. Para ello han eliminado o desplazado algunas particiones internas y han redimensionado ciertas zonas atendiendo a su función.
En este caso, la zona de día y el dormitorio principal ganan metros a base de reducir los dormitorios simples y el baño común, y de crear zonas de almacenaje colectivo en el corredor. Todas las habitaciones cuentan con un balcón, y el espacio diáfano que conforman la cocina, el comedor y el salón se queda con los tres restantes.
A partir de aquí ya sólo queda crear el ambiente. Y aquí es donde entra el estilo nórdico o escandinavo, tan popular en nuestros días.
El manual del estilo escandinavo.
Primer requisito: dotar a la casa de luminosidad. La luz que entra por los balcones es casi suficiente, pero se refuerza con el obligado color blanco en paredes, techo y grandes superficies. En este caso, carpintería en semi-laca tanto para el mobiliario de la cocina y el pasillo.
El blanco aporta calidez, pero para proporcionar un ambiente acogedor, nada como la madera, que además ofrece el elemento de contraste al blanco que pide este estilo. Está presente en el pavimento, las mesas y la estantería del comedor; la mesa y la consola baja del salón; y las mesas de noche del dormitorio principal.
El color se reserva para los objetos de decoración. Por ejemplo, el molinillo de cocina de Muuto, los juguetes de las habitaciones infantiles, la silla balancín del dormitorio principal y los cuadros repartidos por toda la vivienda.
Estampados pocos y suaves. Como los motivos florales en la alfombra del salón (de nanimarquina) y algunos de los cojines de los sofás y la cama principal.
Mención aparte para las baldosas de porcelánico de la cocina y los baños. Además de suministrar la pequeña dosis de motivos geométricos, aportan la sensación de ambiente tradicional.
El interiorismo escandinavo también pide una mezcla equilibrada de minimalismo con algún elemento industrial o vintage. Esto lo proporcionan las propias baldosas y la pared de ladrillo visto repicada del salón. Y en formato de diseño: la escultura House Bird de los Eames, el elefante de madera también de la pareja de diseñadores, y la versión XL del perro Puppy de Eero Aarnio para Magis.
En cuanto al mobiliario contemporáneo, destacan los taburetes de la cocina Tokyo Pop de Tokujin Yoshioka.
Por último, dos elementos también imprescindibles en el estilo nórdico: las presencia de la naturaleza a través de las plantas y los objetos en forma de animales ya mencionados, y la elección de tejidos naturales para las tapicerías y la ropa de cama.
Fotografías: Sandra Rojo.