Stouffville Residence, contemporánea y rural.
Al acceder por la carretera, la casa se lee como un muro longitudinal de piedra que la recorre en toda su longitud. De fuerte carácter monolítico, de él emergen cajas de vidrio que, convertidas en linternas por la noche, anticipan el programa que la vivienda alberga en su interior. A mitad del recorrido, una pequeña pasarela cubierta por un ligero plano en voladizo anticipa la entrada. Como flotando sobre la casa, éste añade dinamismo a la fachada.
El mismo muro de fachada se convierte en su cara posterior en el elemento que organiza y ancla los volúmenes acristalados construyen la vivienda. Orientados al sur, estos permiten disfrutar de impresionantes vistas sobre el paisaje de la ciudad de Toronto y sus alrededores.
Reinterpretar la tradición rural
Abierta a una verde pradera y con un bosque como telón de fondo, la casa se eleva sobre el terreno para avanzar en voladizo hacia el impresionante paisaje. Su orientación trata de minimizar el impacto del edificio en el entorno, potenciando el acceso a la luz natural a todas las estancias.
Con 465 metros cuadrados, la casa se organiza en dos volúmenes ortogonales. El que corre paralelo a la calle, que con dos plantas alberga el programa más privado, y otro perpendicular a él. De una sola planta y en voladizo, éste alberga los espacios más públicos, convertidos en el corazón de la vivienda.
Tras cruzar la pasarela se accede a la planta superior y principal de la casa. Perpendicular al muro de fachada, el eje principal alberga la cocina, la sala de estar y el comedor en un mismo espacio diáfano. Paralelo a él corre una terraza exterior que prolonga la sala de estar hacia el paisaje.
El espacio junto a la entrada y donde intersecan los dos volúmenes principales de la casa, se ha reservado para estancias de servicio, con un aseo, un vestidor y una despensa. Desde ellas se accede directamente al garaje cubierto, orientado a este.
Arquitectura volcada al paisaje
El ala oeste se ha reservado para el dormitorio principal, con un baño ensuite, un gran vestidor y una terraza también en voladizo. Abierto al entorno en tres de sus fachadas, éste disfruta de abundante luz natural.
Una gran escalera, completamente volcada al paisaje a través de planos acristalados de suelo a techo, comunica con el nivel inferior. Además de una sala, un despacho y la lavandería, alberga también dos cuartos de invitados y dos baños.
Para la construcción, los arquitectos han optado por materiales como el granito local, el hormigón pulido, el vidrio y la madera de cedro canadiense y caoba. El sistema de calefacción radiante apuesta por la sostenibilidad y permite disfrutar de una temperatura confortable durante todo el año.
Fotografía: Maciek Linowski (cortesía de v2com)