Venta Flores, el legado cultural de Actiu.
Siguiendo el ejemplo de las grandes empresas internacionales que apuestan por revertir sus beneficios en proyectos sociales, Actiu – Premio Nacional de Diseño 2017 – demuestra una vez más su espíritu innovador y una visión adelantada.
La Venta Flores, nombre original de esta vivienda de campo, ha sido concebida como un centro cultural abierto al público, donde reflexionar y dialogar mediante exposiciones, talleres y charlas sobre el progreso tecnológico, el diseño y otras cuestiones sociales.
Un uso muy diferente al original, ya que la venta fue por su situación geográfica un punto de encuentro y descanso para viajeros y comerciantes en el siglo XIX. La adquisición de nuevos terrenos para desarrollar el actual parque tecnológico de Actiu incluía la casa, que estaba en estado de abandono.
Conscientes de que se trataba de una edificación con alma, la familia propietaria de Actiu decidió darle una segunda vida. “Entendimos que sus valores eran los nuestros. Quisimos reforzarlos para recordarnos cada día de dónde venimos”, dice sobre el proyecto Vicent Berbegal, el alma mater de la firma.
Para la rehabilitación de la venta confiaron en el estudio de arquitectura AbyRG – Arquitectura by Roberto García. La intervención ha respetado la esencia mediterránea de la casa, marcada por una cubierta a dos aguas, la luz natural, los espacios comunes y el patio interior.
La antigua distribución estaba pensada para alojar a los clientes. Hoy las habitaciones, el comedor y las dependencias para los animales se han reconvertido en salas diáfanas polivalentes con más aperturas y una gran conexión visual entre las dos plantas. Recursos como el uso de cristal para estructuras de paso permiten minimizar las barreras arquitectónicas.
El proyecto también traduce el lenguaje mediterráneo a una estética más contemporánea. El conjunto se caracteriza por la elección del color blanco como protagonista, el contraste de materiales nobles y aberturas más modernas, si bien con pequeñas licencias como mantener las rejas de estilo clásico en los balcones.
Por supuesto, la vivienda es sostenible siguiendo la filosofía de Actiu, cuyo parque tecnológico – diseñado por José María Tomás Llavador – se autoabastece y cuenta con premios y prestigiosos certificados mundiales como el LEED® GOLD.
Fuera de la casa se han instalado dos esculturas de Peter Foster – artista ubicado en la zona – que reflexiona sobre la naturaleza del tiempo. Pasado y futuro. El de una casa pero también el de una marca, que hace medio siglo empezó como taller de carpintería, hoy es uno de los líderes mundiales en mobiliario de oficina otros espacios colectivos, y ya está ideando su mañana.
La venta fue precisamente uno de los escenarios de la gran fiesta que la firma llevó a cabo a finales de junio para conmemorar una fecha tan significativa. Tres jornadas en las que reunieron alrededor de mil personas, procedentes de hasta 80 países.
Estado de la Venta Flores antes de su rehabilitación.
Unos fastos que requirieron una gran ejercicio de logística y planificación que confiaron a la consultoría CuldeSac, cuyo equipo multidisciplinar les permitió plantear la celebración como un viaje a los próximos 50 años de la empresa mediante una estética aeroportuaria donde no faltaron las bancadas Passport, repartidas en aeropuertos de todo el mundo.
La Venta Flores una vez más volvió a ser punto de acogida, aunque esta vez de clientes, colaboradores, empleados y amigos.
Fotografías: Actiu – Lelien