Una casa ‘tres en uno’ en Brasil.
El complejo residencial se divide en tres bloques, que a distintos niveles y conectados por escaleras albergan los espacios vivideros, las áreas de servicio y los dormitorios. De espacios amplios y transparentes, la intervención destaca por su geometría ortogonal y una gran variedad de texturas. Con muy pocos muros dividiendo espacios, se ha optado además por una gama cromática muy reducida.
La fachada principal y norte de la casa se ha diseñado teniendo en cuenta los mismos principios. Grandes bloques de hormigón superpuestos, con una amplia variedad de acabados y sin aberturas expuestas para aumentar la privacidad.
Una serie de largos escalones de pizarra atraviesan el jardín y conducen a la entrada principal.
Fluidez espacial
Concebido para disfrutar del jardín, se encuentra el bloque que alberga el gran salón, con sus distintos ambientes, visibles desde cualquier lugar de la casa. Con una altura libre de 7 metros y paredes acristaladas, el techo sobresale en voladizo para proteger los porches. Aunque a primera vista parece hormigón, está realmente construido en metal.
La luminosidad en el espacio vital de la casa, genera una sensación de continuidad con el exterior. Una suerte de invernadero, con una Jabuticaba en el patio. Un árbol frutal autóctono que muestra la exuberante vegetación local que construye el paisaje de la zona.
La iluminación artificial juega también un papel protagonista, resaltando las características arquitectónicas de la vivienda y creando interesantes efectos visuales.
El bloque más privado alberga siete suites con sus correspondientes baños. Situadas en la planta alta, las de los propietarios son las que ofrecen mayor privacidad.
Planos de vidrio templado dividen el baño de la suite principal en tres áreas distintas. Lavabos de pizarra, una zona de baño –con ducha con luz atmosférica y suelo de madera de itaúba, y bañera de pizarra negra– y el inodoro.
En el otro extremo de la casa y junto al comedor –que actúa como nexo con el área vividera–, el bloque de servicio alberga la cocina, la lavandería, el almacén y un cuarto de servicio. El comedor también abre a la terraza, con pavimento de madera de itaúba, una gran mesa y espacio para barbacoas.
Rodeada de plataformas de madera, en el jardín descansa una piscina semiolímpica, sin bordes y con baldosas de aguamarina.
Fotografía: Tuca Reinés / Photo For Press