Selgascano proyecta un coworking ‘invernadero’ en Lisboa.
Secondhome ocupa un ala en forma de L de dicho mercado. Preservar su esencia adaptándolo a un espacio de trabajo, fue el objetivo principal de los arquitectos en este proyecto.
El espacio original se caracterizaba por su gran tamaño y por su carácter abierto. Su estructura de vigas y columnas de hierro enmarcaba los grandes huecos.
Todos estos elementos se conservaron y se mantuvo la idea heredada de un único espacio diáfano, empujando a las pequeñas empresas a compartir una enorme mesa de 70 x 10 metros dividida en tres, fomentando la relación y la comunicación entre ellas.
Las formas curvas del sobre de las mesa ofrecen a los usuarios su propia área privada, que les permite centrarse en su trabajo manteniendo un sentido de comunidad.
Se han creado dos espacios completamente diferentes en los dos brazos de la L que configura la planta: el espacio de trabajo principal con la mesa larga se encuentra en la parte más larga, y el café lounge se encuentra en la parte más corta.
Ambos se han diseñado para ser distintos e incluso opuestos: uno para que la gente trabaje y el otro para que se relaje y converse. Cada espacio cuenta con un ambiente y una personalidad totalmente diferentes.
Otro de los objetivos principales era reducir el consumo de energía del edificio. Colaborar con el gran ingeniero climático Adam Ritchie ha permitido eliminar el aire acondicionado y crear un suelo radiante para enfriamiento y calefacción que se complementa con ventilación natural controlada con motores y sistemas convencionales de invernadero. De ahí surge la idea de colocar 1.000 plantas sobre la gran mesa: para ofrecer privacidad y una alta calidad del aire a los usuarios.
En realidad, son estos 1.000 vegetales lo único que se percibe al entrar en el espacio principal, aunque 250 sillas, 100 lámparas y 250 personas estén compartiendo también esa mesa de invernadero densamente ocupada.
Fotografías: © Iwan Baan