Tres cajas de madera para organizar un piso.
En este proyecto, las partes en contacto con las fachadas tenían ya las condiciones de luz ideales para funcionar por sí mismas y, por lo tanto, en ellas no hubo que intervenir prácticamente. Sin embargo, la zona más conflictiva de la vivienda desde el punto de vista lumínico y de organización era, claramente, su centro: las áreas en contacto con los patios interiores y el núcleo de comunicación vertical. Pero el estudio Nug hizo de esta problemática una oportunidad, convirtiendo la zona central en un espacio mutante y lúdico, articulado a través de tres cajas de madera.
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De un vistazo
Quién vive aquí: Cuando se reformó, el piso iba a estar habitado por una pareja y uno de ellos trabajaba media jornada en casa. Actualmente, la familia ha crecido y tienen un hijo.
Situación: Ensanche de Barcelona
Superficie: 143 metros cuadrados
Fotos: Andrés Flajszer
La vivienda no había sido reformada en los últimos 100 años así que “sus instalaciones eran obsoletas: cocina de carbón, tensión de las instalaciones eléctricas a 125 voltios… Pero, al mismo tiempo, el piso estaba en muy buen estado de conservación y por esta razón pudimos respetar el suelo hidráulico y las molduras originales que había en el techo”, cuenta Amadeu Santacana, responsable del proyecto de reforma junto a Umberto Viotto, ambos del estudio Nug.
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Las baldosas, con diferentes decoraciones y enmarcadas, dejan apreciar cómo estaba compartimentada la casa anteriormente. Una de las decisiones que tomó el estudio Nug al respecto fue tirar el tabique que separaba el salón del comedor para conseguir un espacio abierto más amplio y luminoso.
La vivienda presenta múltiples toques eclécticos, en el sentido de que en gran parte de los ambientes cuenta con muchos elementos de diferentes estilos y épocas. Aquí, por ejemplo, vemos unas lámparas de bombilla vista –tan de actualidad–, un grifo de cocina extraíble tipo profesional y, al mismo tiempo, una pared de ladrillo, un pavimento centenario y puertas también recuperadas. Además, los muebles de la cocina son totalmente nuevos y están hechos con madera al natural –otra tendencia muy actual.
El mobiliario de cocina, realizado en madera contrachapada, se encargó a medida a Fusta’m. Su estado al natural, casi rudo, contrasta con otro material protagonista en esta estancia tan ecléctica: el mármol variedad Calacatta empleado en las encimeras y el salpicadero. Pero aquí es el suelo hidráulico con motivos ornamentales inspirados en tapices lo que atrae todas las miradas. El conjunto ofrece como resultado un ambiente cálido y acogedor.
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En este croquis vemos lo alargarda que es la planta de este piso, algo que no ayudaba a que la claridad se distribuyera bien por toda la vivienda, que recibe luz natural en abundancia en los extremos (que dan a fachada) pero menos en la zona central (cuyas ventanas dan a un patio interior). La solución de la que echaron mano el equipo del estudio Nug para solventar esta problemática fue plantear tres cajas de uso definido por ahora, pero que puede variar fácilmente si se necesita.
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De este modo, la parte central de la vivienda se ha abordado eliminando la excesiva fragmentación que presentaba e implementando sistemas de habitabilidad más contemporáneos, con nuevas circulaciones cambiantes que huyen de los espacios únicamente de paso que había anteriormente. Todo ello es posible gracias a tres cajas en contrachapado de pino fenólico, realizadas también por Fusta’m.
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Las cajas en la actualidad tienen tres usos: sala de música, baño-lavadero y baño-cocina. Se trata de elementos de carácter móvil que se van disponiendo de manera libre y no jerárquica. “Quisimos trazar límites no muy definidos, para implementar dinámicas contemporáneas de carácter más difuso y entrelazado. El piso debía ser capaz de soportar las múltiples variaciones y transformaciones que pudieran necesitar sus propietarios”, cuenta Amadeu.
De este modo, no se hipotecaba programáticamente el piso sino que se ha replanteado bajo la premisa de una indefinición forzada que fuera capaz de absorber el máximo de actividades variables posibles. “A día de hoy aquí se producen guiones, tejidos, ilustraciones, comidas, música, dibujos… Se realizan actividades imposibles de aislar y que se encadenan de manera natural las unas con las otras. Este piso es una fábrica doméstica de creación”, afirma el arquitecto.
Por su parte, el dormitorio principal cuenta con una bañera exenta en la misma estancia. Para facilitar los tránsitos, la puerta de acceso es corredera, “con una guía tipo Klein, que se ha dejado vista. Las puertas están hechas con restos de los paneles de madera contrachapada más una zona central semitranslúcida que se ha elaborado con dos planchas de policarbonato”, continúa el arquitecto. El trabajo se encargó, de nuevo, a Fusta’m.
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“Toda la iluminación artificial depende de los volúmenes de madera, que es justamente por donde hemos pasado las instalaciones para no hacer regatas. Algunas luces están presentes de forma directa con unos globos en las mismas cajas de madera, mientras que otras cuelgan de catenarias”, detalla Amadeu.
Aparte de aprovechar las estructuras de los volúmenes de madera para concentrar todos los pasos de las instalaciones, otras estrategias de eficiencia económica fueron conservar las carpinterías y moverlas de sitio, reciclar los ladrillos existentes para construir nuevos tabiques, climatizar lo justo e indispensable y gestionar la galería como espacio intermedio de regulación térmica.
Uno de los elementos que más personalidad da a este piso centenario son las molduras y rosetones del techo, junto con el puzzle de suelos hidráulicos.
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Aquí vemos en detalle los dibujos del pavimento, que delatan cómo de fragmentado estaba el piso originariamente. Los ajustes de distribución que propuso la reforma han abierto los espacios y eliminado los pasillos, rentabilizando así al máximo hasta el último metro cuadrado.
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