World Architecture Festival premia la ‘volta catalana’ de Brick-Topia.
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© Manuel de Lózar y Paula López Barba
Ganador a su vez de un concurso para construir un pabellón para el Festival Internacional de Arquitectura Eme3 en Barcelona, Ladrillo-topia se basa en una meticulosa investigación que trata de explorar los límites del material y de la estructura. Se trata de una cáscara no reforzada realizada tan solo con ladrillo utilizando la tipología tradicional de la bóveda tabicada (o volta catalana). El proyecto es el resultado de la combinación de las últimas técnicas de análisis estructural y modelado a través de herramientas digitales, con un sistema de construcción vernáculo, sostenible, económico y eficaz.
© Manuel de Lózar y Paula López Barba
La forma del pabellón es el resultado de un proceso de diseño en el que se ha buscado la máxima optimización de la estructura a través de la geometría, para el que se ha utilizado el software RhinoVault. La envolvente adopta una geometría compleja con un grosor que varía de 65 mm a 118 mm, y ha sido concebida para desafiar estándares constructivos.
© Manuel de Lózar y Paula López Barba
Las fuertes restricciones con respecto al presupuesto y a los plazos también han requerido un proceso constructivo innovador. El pabellón fue levantado en tres semanas y en ese periodo se desarrolló un nuevo sistema de cimbra utilizando andamios, cartón, alambre y acero. El sistema permite una construcción rápida, económica y sencilla tecnológicamente accesible en casi cualquier tipo de contexto.
© Manuel de Lózar y Paula López Barba
Este joven estudio de arquitectura barcelonés ha utilizado la tipología de la bóveda catalana de forma innovadora en más proyectos, como Section Offset, que formó parte de un seminario en el Master en Arquitectura Avanzada 2013-14 en el Instituto de Arquitectura Avanzada de Cataluña (IAAC), realizado en colaboración con el Block Research Group ETH Zurich.
El resultado es un orgánico caparazón de cerámica no reforzada, integrado en la naturaleza, con un espesor de 10 cm y una luz máxima de 9 m. Especialmente complejo fue adaptarse a la pendiente y a las irregularidades del terreno con las herramientas disponibles y materiales reciclados.
Pero sin duda, su proyecto más impresionante es su propuesta para un pabellón de deportes en el barrio de Torre Baró (Barcelona). El emplazamiento es a la vez motivador y desafiante, debido a la existencia de un depósito de agua subterránea que no puede ser desmantelado o modificado en absoluto.
© Map13 Barcelona
En términos de paisaje, este pabellón de deportes tiene como objetivo restaurar la sección natural de la montaña en las direcciones transversal y longitudinal.
© Map13 Barcelona
Con este fin, el sesgo existente en la montaña generado por el tanque de agua se cubre con una gran bóveda tabicada que se extiende sobre él sin tocarlo. El arco principal de la bóveda tiene una envergadura de 60 metros.
© Map13 Barcelona
Fotografías cortesía de v2com
