Una planta baja transformada en un oasis de luz y verde.
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Al tratarse de una planta baja, el proyecto dirigido por Miriam Castells ha potenciado en todo momento la entrada de luz natural. Para ello, se han aprovechado los casi cuatro metros de altura de la vivienda, colocado grandes ventanales en la zona de día y el dormitorio principal, y creado nuevas aberturas en el pasillo, la zona menos favorecida lumínicamente.
La vegetación, el elemento verde, adquiere un gran protagonismo en este proyecto. Es una constante que se repite en cada una de las salidas exteriores de la vivienda, creando un auténtico «recorrido verde» que tiene el jardín interior de manzana como telón de fondo. De este modo, se enlaza el patio de la entrada, a pie de calle, con este jardín, pasando por un patio de luces intermedio.
El patio de la entrada, a pie de calle y vinculado al dormitorio principal, actúa como filtro entre el espacio público y el privado a través de un muro vegetal. El patio de luces, a su vez, conecta los baños y los dormitorios interiores creando un espacio que evoca la esencia del patio andaluz.
Finalmente, el jardín interior de manzana, colindante al salón-comedor-cocina y verdadero punto de partida de estos espacios verdes, se presenta como un refugio, un vacío dentro de la densidad de la Barcelona contemporánea.
En cuanto a los acabados, se ha optado por restaurar el mosaico hidráulico en la zona de día y, por otro lado, colocar tarima en la zona de noche. Los baños y el lavadero se han alicatado con pieza cerámica rectangular, mientras que los suelos de los baños son de mosaico hexagonal.
El principal material utilizado para revestimientos es la madera de pino, presente en armarios, cajoneras, estanterías, parte de la cocina y la mesa de estudio.
Por su parte, la iluminación es cálida e indirecta. Se ha trabajado mediante puntos focales y con diferentes tipologías de lámparas que aportan mayor riqueza lumínica a los espacios.
Como detalle de la cuidada selección del mobiliario, la mayoría de piezas y lámparas se han recuperado en altillos y trasteros familiares. Sin embargo, tanto la lámpara de sobremesa como la mesa del comedor son piezas diseñadas en el propio despacho, Miriam Castells Studio. Esta última está realizada con mármoles blanco macael recuperados de una antigua cocina de los años 30, colocados a modo de patchwork sobre una base de hierro.
Ficha técnica
Superficie: 130m2+70m2 jardín+14m2 patios interiores
Equipo Miriam Castells
Colaboradores: Joaquim Rigau, Arquitectura+Project management
Arquitectura Técnica: A3
Estructura: JFG Consultors
Jardinería: Aquaplant
Fotografías de Olga Planas