Un mini apartamento en madera y azul, por MIEL Arquitectos.
La vivienda, de distribución sencilla y pequeño espacio (60 m2), dispone de un salón-comedor-cocina, un baño central y una habitación en suite. La justificación para este baño central es servir al segundo dormitorio, que eventualmente se puede generar en la zona del salón mediante una cortina y unos sofás reversibles.
El baño central es el que se ha convertido en eje de la distribución, sobrepasando sus límites físicos mediante diversas entradas de luz y visión: hacia el recibidor en altura y por encima del lavabo, y también insertando el lavabo dentro del mobiliario de la cocina anexa y microperforando el panel de madera haciendo las veces de lámpara (interior y exterior) y señal de presencia.
El dormitorio principal se abre al patio interior de manzana mediante una galería spa, que enaltece la sensación de lujo, del dolce far niente, y se estructura en dos zonas mediante jardineras: lavabo y ducha abierta… porque hay placeres que necesitan ser vistos.
La refrescante calidez que han buscado como objetivo Miguel Ángel Borràs y Elodie Grammont, resulta de una equilibrada combinación entre acabados y modos de empleo. La combinación de diversas maderas, como parquet industrial en suelos y cabezales y paneles de abedul en prácticamente todo el mobiliario fijo, atenúa los ritmos exteriores en un interior tranquilo y apaciguado acústica y térmicamente; y junto al azul vibrante de los mosaicos hidráulicos y el gresite de la galería-spa-veranda generan una atmósfera de confort refrescante, potenciada por la ventilación cruzada entre fachadas.
Además se ha dotado de un aire náutico mediante los tiradores perforados o el salón convertible en dormitorio, o la multiusos galería-spa. Y por supuesto, la chaise longue que se escapa del salón dormitorio dando refugio a esos momentos de relectura del maestro Jodorowski o para una relajada y merecida sesión de Candy Crush. Necesidades cotidianas de hoy en día, en definitiva.
Fotografía: Asier Rua