Oval trae un nuevo atractivo al Eixample. Mucho más que presupuesto low-cost y hamburguesas slow-food.
El restaurante, que ocupa los 200 m2 de una planta baja de la izquierda del Eixample de Barcelona, en la esquina entre las calles Valencia y Enric Granados, añade un punto de interés más a una zona que poco a poco se va convirtiendo en centro de resurgimiento gastronómico gracias a Cornelia & Co., el recientemente inaugurado Toto y el restaurante japonés Futami, que se sitúan en un radio de pocos centenares de metros.
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Con una carta especializada en hamburguesas slow-food, los clientes reciben a la entrada un cuestionario donde pueden «crear su propia hamburguesa», escogiendo desde el tipo de pan hasta las salsas y condimentos. Además, el servicio y el sistema de sonido refuerzan esta idea personalizada para el más democrático de los platos.
Pero además, Oval es el lugar donde comenzar la noche tras la cena y tomar la primera copa: está abierto hasta las 0:30 durante la semana y una hora más tarde los fines de semana.
Diseñado por la firma mallorquina FlexoArquitectura, el espacio está dividido en zonas separadas, incluyendo una terraza para fumadores en la entrada, y una barra de bar con banquetas de diferentes estilos con mesas delante que define la parte que actuaría como recibidor, y una gran mesa redonda que indica el límite entre ambientes.
Los materiales originales del siglo XIX y el carácter propio del espacio forman la base del proyecto de reforma. Techos de cuatro metros, paredes de ladrillo visto y columnas de acero le dan un aire industrial que se combina con acabados más efímeros como paneles de contrachapado, ladrillos aislantes de terracota y paneles acústicos en algunas partes del techo.
El mobiliario y la iluminación han sido escogidos hábilmente, empleando restos de madera para las mesas y reciclando sillas y taburetes encontrados en Els Encants, que quedan aun así tremendamente coherentes con el espacio. Se han colocado flexos encastrados en los tableros para iluminar las mesas, mientras que las lámparas del techo cuelgan de los conductos de ventilación en sorprendentes soluciones. La estética industrial predominante se refuerza además con el suelo de hormigón pulido, los perfiles de acero de las puertas de entrada y los conductos antes nombrados.
Los dueños obtuvieron la idea de negocio a partir de un viaje a Los Angeles, California, donde la hamburguesa se venera como una delicatessen autóctona y genuina. El diseño incorpora gráficos distintivos para los menús, una presentación de la comida muy cuidadosa en bandejas de bambú, iluminación cálida y un ambiente tranquilo que gracias a su aislamiento acústico no resulta ni invasivo ni distractor.