Pizzería Kook en Roma, la ‘cucina della nonna’ se renueva con estilo mediterráneo actual.

Tradición e innovación, una de las fórmulas más seguidas en las cocinas hoy en día, es también el emblema de Kook, una nueva osteria y pizzería en Olgiata (Roma) en la que buscan fundir los sabores de ayer y hoy. Y, lógicamente, el diseño del local forma parte de la ecuación. Noses Architects, el estudio formado por los jóvenes arquitectos Mohamed Keilani y Luca Gasparini han creado un escenario que gira alrededor de un olivo: símbolo del Mediterráneo y la longevidad; de la unión “entre las recetas de la abuela y las especialidades del chef”.

Incrustado dentro de una estructura de hierro y cristal, como si de una pecera verde se tratase, esta caja de vidrio se convierte, a su vez, en uno de los elementos que aportan más actualidad al interiorismo.

Situado debajo de una claraboya en el centro del local, la pecera actúa como un catalizador de luz, propagándola por todo el espacio.

La luminosidad del establecimiento es una de las principales características del proyecto. Se buscaba armonía, de modo que han recurrido al blanco para las paredes y techos (incluidas las instalaciones a la vista), y al cemento y la madera en tono claros para aportar el máximo de luz.

Lámparas de diferentes tipos (pantallas, candelabros suspendidos y apliques en la pared de estilo industrial) completan el apartado de iluminación.

La mezcla de estilos es otra de las señas del local. Industrial, vintage… pero sin perder el carácter mediterráneo. Es por ello que suelos y paredes combinan diferentes materiales: cemento, madera y azulejos hidráulicos de formas y colores tradicionales.

Al estilo de las viejas trattorias italianas, Kook busca autenticidad. No pueden faltar, por tanto, sillas viejas de diferentes formas y colores, o un sofá de cuero para darle un toque hogareño en contraste con el hormigón del suelo.

Del resto de la fórmula se ocupan los pequeños detalles: una bicicleta Bianchi colgada en la pared, las tuberías originales del local, un teléfono antiguo sobre la mesa o los espejos de estilo art nouveau.

Y para terminar de contagiar el gusto por la gastronomia italiana, la inscripción de un dicho popular en una de las paredes de hormigón: ‘Loco, furioso o carente de sentido común todo aquel que no disfrute de la comida en todos los sentidos’. Ovviamente.

Fotografías cortesía de Noses Architects.