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Arantza Álvarez
18 febrero 2013

Campus Repsol: un claustro abierto a la ciudad de Madrid, diseño de Rafael de la Hoz Arquitectos.

El prestigioso estudio de arquitectura Rafael de la Hoz Arquitectos es el artífice del Campus Repsol, la nueva sede que la compañía inaugura en la madrileña zona de Méndez Álvaro.

El proyecto nace de la necesidad de agrupar a los trabajadores de Repsol – repartidos hasta el momento en doce edificios – para facilitar la comunicación y un lugar común donde poder disfrutar de un entorno natural y funcional sin renunciar a las comodidades de la gran ciudad.

Con estas premisas, Rafael De La Hoz Arquitectos ha diseñado «un traje a medida» para la compañía que se adapta de forma respetuosa a su entorno, con un diseño arquitectónico que facilita la entrada de luz natural a todas sus instalaciones.

Se trata del único parque empresarial situado en centro de Madrid, y cuenta con excelentes comunicaciones, accesos inmejorables para el transporte privado y más de 2.000 plazas de aparcamiento situadas en el mismo campus.

El reconocido estudio de arquitectura madrileño, fiel a su filosofía de trabajo, ha empleado novedosas soluciones arquitectónicas que potencian la sostenibilidad, la eficiencia energética y el respeto medioambiental. Ha proyectado un campus horizontal que fomenta las sinergias y las dinámicas de trabajo entre los 4.000 miembros de la corporación. La sede está formada por cuatro edificios de cuatro plantas cada uno (que ocupan una superficie de 123.000 m2) interconectados entre sí por un jardín interior de 22.000 m2 que crea una atmósfera similar al claustro de un monasterio.

Su diseño se ha realizado para que sea 100% accesible, siguiendo las indicaciones de los especialistas de la fundación ONCE, que asesora a Repsol en esta materia. Especial personalidad cobra su estructura, formada por 105 pórticos de los que penden las cajas de vidrio que constituyen los espacios de trabajo. Esta solución constructiva no sólo contribuye a reflejar la imagen industrial de la compañía, sino que permite unos interiores completamente diáfanos y flexibles, en los que predomina la luz natural.

El Campus Repsol, cuyo diseño nunca ha querido perder la escala humana, tiene reservados 5.000 de sus 32.000 metros cuadrados para ofrecer servicios a sus empleados. Sus zonas verdes cuentan con árboles que permanecen verdes todo el año -como los pinos- árboles de hoja caduca que muestran el paso de las estaciones, y la presencia del agua, sin la que no se puede concebir un jardín español, que además de visible ha de ser audible.

El edificio posee el grado 1 de la Certificación LEED y durante el propio proceso de diseño se ha formado a los empleados sobre su correcta utilización. Ésta ha sido una experiencia pionera en España, y las sugerencias de los trabajadores han producido modificaciones en el proyecto.

 

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