25hours Hotel Zürich West, en esto andaba metido Alfredo Häberli.
En los últimos cuatro años poca cosa se ha sabido sobre el diseñador de origen argentino establecido en Zúrich Alfredo Häberli. Y hasta entonces nos había acostumbrado a sus sonados proyectos para firmas como Moroso, Vitra, Camper, Alias o Iittala, que le habían convertido en un habitual de las informaciones sobre diseño de cualquier medio.Häberli había reducido considerablemente este tipo de proyectos pues andaba involucrado muy intensamente en el diseño del hotel 25hours en el oeste de su ciudad, en sus propias palabras el proyecto de mayor envergadura de su trayectoria profesional.
El estudio de Häberli se ha encargado de toda la concepción del hotel, con la ayuda de múltiples colaboradores entre los que destacan el estudio de arquitectura Aeberli Vega Zanghi Architects y Olivier Schmitt como experto en color. De hecho una de las cosas por las que más sobresale este proyecto es por su desenfrenado uso del color que ha sido calibrado con un toque expresivo maestro, tanto en las habitaciones como en particular en el bar del hotel.
Las habitaciones se dividen en tres clases: Silver, Gold y Platinum, cada una con un cóctel de color a tono con su clasificación. Todas cuentan con equipamiento diseñado y hecho a medida para el hotel, desde las camas, armarios y escritorios hasta las alfombras. Además, Häberli ha salpicado todas las zonas con muchos de sus diseños para Alias, Moroso o Vitra, incluidos pequeños detalles decorativos como la figurita de madera Bløk sobre mesillas o escritorios.
Häberli ha conseguido crear un estilo muy personal y particular de hotel que encaja a la perfección con el grupo alemán 25hours Hotel Company cuyo lema por el que todos sus hoteles son completamente diferentes en carácter es “Conoces uno, no conoces ninguno”.
El 25hours Hotel Zurich West cuenta además con un lobby presidido por una espectacular escalera, una zona de biblioteca, un espacio para reuniones y un KitchenClub equipado por Bulthaup y Miele para ofrecer desde cursos de cocina hasta pequeñas fiestas particulares. Como guinda, la última planta está coronada por una sauna con vistas a la ciudad.
