Si, nosotros también usamos cookies. Esas cosas con nombre de "galletita" que ayudan a que tu navegación sea más personalizada. Cierra este mensaje y nos darás tu permiso para seguir utilizándolas. Y seguirás disfrutando de diarioDESIGN como siempre.

Feliz viaje por nuestra web Cerrar

Una casa familiar diseñada por Suppose Design Office como un juego de niños.

Situada en Buzen, Fukuoka (Japón), esta casa familiar de 130 m2 ha sido distribuida de un modo original: un irregular pasillo semi-exterior organiza el espacio, lo inunda de una agradable luz cenital y actúa de patio interior donde los niños corren a sus anchas. El resultado de esta solución no sólo da respuesta funcional a los requerimientos de los clientes, sino que estéticamente le da una agradable personalidad a toda la vivienda.

El solar, con 266 m2, permitía una pequeña zona exterior para la casa familiar que los arquitectos de Suppose Design Office debían diseñar en Buzen. Pero el encargo de los propietarios exigía una solución diferente a la del típico jardín: “Queríamos un parque para los niños, que son aún pequeños. Pero nos hemos dado cuenta que muchas veces prefieren jugar en un callejón estrecho entre dos casas, entre las plantas del jardín, en la parte trasera de una cabaña, o simplemente un gran espacio vacío. Más que un parque de juegos diseñado por un adulto, queríamos asegurarnos que los niños tuviesen un patio donde jugar de forma más natural”.


Y a partir de esta idea de un juego que tiene que estar presente en toda la vivienda, la casa se ha concebido como un conjunto de pequeñas “casitas” o construcciones a las que se accede desde la “calle principal”, un pasillo irregular que distribuye el espacio total de 130 m2 de planta. El pasillo, más que un corredor longitudinal al uso, es un espacio vacío entre los volúmenes desconectados que son las habitaciones.


Este espacio al que han llamado “habitación del sol”, se convierte en un patio interior que parece exterior al estar cubierto de un techo de cristal que, a modo de claraboya, inunda toda la casa de luz cenital. Un espacio privado que parece público, un corredor que parece una calle. Es el lugar preferido de los niños, que pueden sentirse en el exterior mientras comen, leen al sol o se duermen bajo el cielo estrellado. Más que un patio integrado en la vivienda, el pasillo es un espacio vacío que organiza y le da carácter a la casa, el alma de la vida hogareña de la familia.

Acabados en cemento, madera color gris o natural y pocos muebles de líneas sencillas: el interiorismo de la vivienda está pensado para potencial el carácter arquitectónico de la casa, convertida en un juego de volúmenes ortogonales que queda salpicado tan sólo por las piezas imprescindibles de mobiliario.

Fotografías © de Toshiyuki Yano de Nacasa & Partners en www.suppose.jp

Artículos relacionados

olga hanono firefly lladro

La artista mexicana Olga Hanono rediseña la mítica lámpara ‘Firefly’ de Lladró.

De la madera transparente al biohormigón: los nuevos materiales en la arquitectura para una construcción más sostenible

Roble, esparto y caña protagonizan esta antigua casa de pescadores de la Costa Brava

Luz natural y vegetación inundan este coworking solidario en el barrio de Gracia.