Abre el club The AllBright en Londres. Solo para chicas.
Distribuido en cinco plantas, el club ocupa un edificio georgiano de Rathbone Place, en el corazón de Bloomsbury. Un barrio elegido por su estrecha relación al Círculo de Bloomsbury y la archiconocida escritora Virginia Woolf. En su interior alberga dos salas de estar, varias salas de reuniones, comedores, un espacio de exposición, cafetería, bar de cócteles y salas de bienestar, fitness y belleza.
¿Cómo quiere una mujer que sea su club?
¿Qué quiere una mujer de Londres de su club y qué espera ver en él? es la pregunta que las diseñadoras se han hecho para diseñar The AllBright. Un espacio cuidadosamente decorado, que encuentra en la promoción de los negocios femeninos su razón de ser. Katie y Emma han combinado sus propios diseños con otras piezas, todas creadas por mujeres. Entre ellas destaca el mobiliario y los accesorios de Béton Brut y Sigma, y Rebecca Willer, o las flores de Abigail Ahern. Beth Greenacre, la comisaria de arte de David Bowie ha sido la encargada de seleccionar las obras de arte, todas ellas de artistas femeninas. Completan la decoración piezas vintage y artículos de artesanos del Reino Unido.
Sofisticación y confort
Con una paleta de colores que va de tonos oscuros a otros más claros, cada espacio se adapta al uso que alberga en su interior. De esta forma, el bar de cocktails se sumerge en un entorno teñido de azul oscuro. Como en todas las estancias, las piezas elegidas combinan sofisticación y confort. De diseño versátil, todos los espacios permiten adaptarse a las necesidades cambiantes de sus usuarias.
«Hemos evitado el color rosa, por su relación demasiado ‘obvia y anticuada’ con el género femenino», señalan las diseñadoras. En su lugar, se ha optado por una estética más atemporal, con una paleta de colores fresca y elegante. Los amarillos mostaza se mezclan con los azules profundos, y las formas geométricas doradas con los planos marmóreos.
Situada en la planta sótano y en tonos claros, la zona destinada al wellness y la belleza emana calma y tranquilidad. Bautizada como Lopokova, en honor a la bailarina de ballet rusa Lydia Lopokova, se trata de un lugar tranquilo en el que relajarse y revitalizarse. Con salas y un bar de belleza, además de un centro de wellness, ofrece tratamientos y clases de gimnasia con Elissa El Hadj, fundadora de Form Studios en Londres. En las zonas de tocador, las socias pueden disfrutar de un momento de relax, sentadas sobre sillas de terciopelo gris y rodeadas de espejos, apliques de latón y papel pintado de Kelly Wearstler.
Una luminosa recepción en la planta baja da la bienvenida a las visitantes del club exclusivo para mujeres. Junto a ella, un bar sirve comidas durante todo el día, así como refrigerios nocturnos. El gran lucernario sobre él permite que se filtre la luz natural, creando un espacio a medio camino entre dentro y fuera. Colgadas de él, las plantas introducen la naturaleza en el interior.
Diseño ecléctico y atemporal
En la primera planta, Bell alberga una sala de estar, cómoda y flexible, salas de reuniones y comedores. Todo ello envuelto con una decoración ecléctica, que combina piezas antiguas con otras nuevas. Además de sofás a medida, diseñados específicamente por No. 12 para el proyecto.
Una gran luminosidad y amplitud espacial caracterizan Woolf. Situada en el segundo piso toma su nombre de la famosa escritora. Además de una zona de estar, alberga salas privadas para reuniones y comedores. Todo ello decorado con muebles personalizados y una selección de objetos nuevos y antiguos.
La intervención ha conservado el pavimento original y elementos existentes como la chimenea o las molduras. Para mantener la autenticidad e integridad del edificio original y su patrimonio, todos ellos han sido objeto de un cuidado trabajo de restauración.
En la tercera y última planta, West ofrece un espacio de relax, donde relajarse tomando un cocktail. Sumergido en una paleta de colores oscuros, combina los detalles dorados con las superficies aterciopeladas. En él, las mesas de mármol contrastan con las sillas de plexiglás tapizadas para la ocasión.
Fotografía: Tina Hillier