El Bar Nou reivindica el típico ‘pa-amb-tomaquet’.
En cualquier caso, vale la pena recordar el diseño del restaurante, que fue ideado y reformado por el estudio de arquitectura MAIO, especializado en sistemas flexibles.
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Bar Nou estaba situado en una amplia y céntrica esquina del Eixample barcelonés. La reforma del antiguo local exigía la creación de una nueva formulación espacial que estuviese acorde con su nueva identidad, asociada de forma bastante libre con la cocina tradicional catalana.
Aquí, el usuario, en un entorno despejado, forrado con madera y con toques de color, podía confeccionar el pan tomaquet a su gusto, escogiendo entre siete tipos diferentes de pan (coca del Maresme, pan negro, de espelta, de payés, bagel, foccacia o pretzel), cuatro tipos de aceite (arbequina, empeltre, hojiblanca o picual) y tres tipos de sal (fina, maldon o maldon ahumada).
Para resaltar su nueva identidad, MAIO creó un nuevo sistema de bóvedas que permitían reconstruir una sucesión de ámbitos diferenciados y que dotaba al espacio de un carácter doméstico sin perder por ello una percepción continua entre las distintas zonas.
Partiendo de la forma en planta preexistente en forma de «V», la intervención se concentró en el falso techo, que consistía en una secuencia de bóvedas de madera de medio punto y diámetros variables. Una vez definidas las reglas formales de juego, éstas se siguieron rigurosamente.
Ese sistema constructivo se extiendía hasta la línea de fachada e interseccionaba con la preexistencia de forma libre en todos sus puntos. De ese modo, el encuentro del falso techo con la fachada permitía mostrar la sección abovedada a través de las ventanas, de manera que el perfil del espacio interior se recortaba sobre la fachada. La sección se conviertía de ese modo en el propio escaparate hacia el exterior.
En el acceso se dejó visto, a modo de tramoya, el extradós de las bóvedas para hacer evidente su carácter no estructural y reforzar así su carácter escenográfico y ficcional.
Para presentar el pan con tomate de una manera más contemporánea, de importancia capital era la nueva identidad de la barra, un altar de aspecto dj-stand dedicado a su preparación, que se colocó en el centro del espacio. Los chefs, como si fueran los nuevos dj, evidenciaban su papel de pamtomaquers bajo esta marca nueva de escenografía abovedada.
Además del espacio, el proyecto también ha desarrolló el diseño de los elementos interiores, incluyendo muebles y luces. Tanto las sillas y mesas introducián materiales comunes en la tradición nacional, tales como la espadaña o los espejos.
Y, con respecto a la iluminación, se diseñaron tres tipologías complementarias. Con la escala urbana en mente, el proyecto utilizaba las luces de neón figurativas para enfatizar su presencia en un cruce muy concurrido.
Mientras tanto, las lámparas suspendidas en el interior consistían en un un tubo de metal, en realidad un brazo pivotante, lo que les permitía adaptarse a la posición cambiante de las mesas y, a su vez atraía desde fuera la atención a una constelación de puntos en modificación permanente. Además, las lámparas de suelo, de tres patas, proporcionaban una luz muy acogedora.
Aunque el proyecto comercial no llegó a buen fín, puedes seguir la nueva aventura de www.barnou.cat en su facebook: https://www.facebook.com/barnoubarcelona