Las persianas ‘alicantinas’ emigran a Barcelona.
Por ejemplo, Pau Sarquella y Diana Usón. Ambos arquitectos apostaron por ellas en 2010 para el concurso Racons Públics (Rincones Públicos) con el que la asociación FAD (Foment de les Arts i del Disseny) invitaba a idear soluciones para mejorar algunos espacios olvidados de la ciudad.
Su idea consistía en sustituir con persianas tradicionales de lamas los antiestéticos plásticos con los que muchos vecinos cubrían los balcones del barrio del Raval. Las persianas continúan protegiendo las viviendas de la lluvia o el agua de la colada del vecino de arriba al mismo tiempo que proporcionan ventilación y mejoran el aspecto de las fachadas.
Llamaron a su idea De dins a fora (de dentro afuera) y ganaron el concurso. A partir de entonces decidieron darle continuidad producto y crearon el concepto Persiana Barcelona.
Lógico, pues el problema se extiende más allá del Raval, o de la ciudad incluso. Además, en la era vintage, las persianas de cuerdas pueden tener cabida en los interiorismos actuales y presumir, además, de ser un producto artesanal y sostenible.
Ahora bien, para convertirlas en un elemento atractivo y moderno, hacía falta repensar el producto, opinan Sarquella y Usón. De modo que se emplearon en mejorar la persiana en todos sus aspectos.
Por ejemplo, incluyendo un pequeño goterón en las lamas para impedir el paso del agua, cambiando la geometría de las mismas para que una de sus caras quede en sombra o terminar la persiana con una pieza cilíndrica para darle más elegancia al conjunto. La persiana se enrolla además con cuerda náutica, más duradera que la natural.
El resultado es una persiana que preserva la intimidad aunque permite ver a través de ellas desde el interior de la vivienda. Evitan la entrada de luz y el agua, permite la ventilación y está hecha de una madera de pino procedente de bosques gestionados de manera sostenible.
Y con un toque muy original: la nueva paleta cromática de la Persiana Barcelona está inspirada en fachadas modernistas célebres de Barcelona. Así pues está el verde Batlló, en referencia a la casa Batlló de Gaudí; el marrón Planells, por la Casa Planells de Josep Maria Jujol; o el gris Comar d’Argemir, por la vivienda con el mismo nombre de Josep Vilaseca.
De cara a darle visibilidad al proyecto, recientemente los arquitectos organizaron un showroom temporal en Vinçon – en pleno Passeig de Gracia, el corazón de las obras maestras que han inspirado la paleta.
Y con otra particularidad: el establecimiento está situado en la vivienda de Ramón Casas i Carbó, quien en su juventud creó cuatro obras centradas en el jardín de su entonces hogar, en el cual, por supuesto, había persianas.
Las persianas se pueden comprar actualmente en la web de los arquitectos (www.persiana-barcelona.com) y ya han sido empleadas en varios proyectos de Sarquella.
Fotografías: Joan Guillamat