McCann Erickson renueva sus oficinas de Nueva York de la mano de Gensler y Tom Dixon.
Se ha aprovechado la doble altura de la antigua recepción para generar un despejado espacio de distribución inspirado más en el diseño de los hoteles más modernos de la ciudad que en una agencia en sí.
Además, McCann buscaba un nuevo planteamiento que tendiera puentes entre las horas de trabajo y el tiempo para socializar, no sólo durante el día entre los empleados en la hora del almuerzo o del café sino también en particular con los clientes. Por eso, algunos de los espacios fueron diseñados con la idea de que pudieran servir también para pequeños eventos con los clientes o veladas de fiesta.
La guinda la pone la planta 27, que es la que ha sido diseñada enteramente por el estudio del británico Tom Dixon , de ahí la predominancia de los materiales metálicos siempre tan presentes en su trabajo.
Con la asistencia de Gensler, Tom Dixon ha convertido la planta de los ejecutivos de la agencia prácticamente en un club. Incluye espacios como el Science Lab, una zona de trabajo high-tech, o Central Park, otra zona de trabajo más flexible y abierta, además de un apartamento, un salón, una sala de baile y una biblioteca.
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