Una casa victoriana en Melbourne diseñada como una galería de arte por el estudio Wonder.
El resultado del proyecto de interiorismo es un espacio minimal, luminoso, relajado y muy amplio con una distribución poco habitual.
Wonder ha experimentado con la luz y el espacio a través de una intervención que han tenido como objetivo ampliar la luminosidad y comunicar todas las habitaciones.
La vivienda, situada en el suburbio de Prahran, está orientada al este, lo que se traduce en mucha luz natural en las principales estancias. El primer paso en la rehabilitación ha sido aprovechar al máximo este recurso natural. Para ello han agrandado las aberturas originales de la casa y han creado otras nuevas en forma de claraboyas.
Con ello, también, se han ampliado las vistas al exterior. Esto, junto con la apertura de la cocina al jardín y la creación de un pequeño oasis entre el cuarto de baño y el estudio, conecta la vivienda con la naturaleza, lo que otorga una sensación de relax al interior de la casa.
Si a ello unimos una paleta de colores en tonos blancos para el mobiliario y la carpintería, la sensación de calma y la luminosidad aumentan.
El monocronismo de blancos sólo queda roto por los suelos de hormigón, y algún que otro mueble o pieza de arte.
La segunda intervención ha consistido en unir todas las zonas comunes de la casa, hasta entonces aisladas en habitaciones no conectadas entre sí.
Aunque más que derribar tabiques, el equipo de Wonder ha optado por otras soluciones como eliminar las puertas. De este modo quedan conectadas visualmente, creándose una prolongación entre unas y otras, pero cada una sigue manteniendo su propio ambiente.
Tanto la intervención realizada en los espacios interiores, por ejemplo la chimenea de obra, como el mobiliario siguen líneas puras, buscando sencillez y limpieza. El resultado es un ambiente moderno en contraposición al estilo victoriano original del edificio.
Fotografías: Christine Francis