Esta vivienda en Chueca proyecta el presente con respeto al pasado
El estudio madrileño Lavedán Gómez ha rehabilitado una casa de 1910 en Chueca, preservando su esencia histórica e introduciendo detalles de diseño contemporáneo. Entre la conservación de los elementos originales y la nueva distribución, han creado espacios fluidos y abiertos, donde la iluminación natural ahora inunda cada uno de sus rincones.
Preservar lo existente
Para Bruno Lavedán y Clara Gómez, cofundadores del estudio, uno de los mayores desafíos del proyecto ha sido honrar la impronta arquitectónica de este casa en Chueca, construida en 1910. En aquella época, las viviendas madrileñas se caracterizaban por su diseño robusto y ornamental, por lo que este tándem creativo ha adaptado este estilo a las necesidades contemporáneas.
Entre los elementos conservados se encuentra el muro medianero de ladrillo macizo, que ha sido cuidadosamente restaurado y ahora sirve como telón de fondo en el nuevo salón. Esta pared sigue siendo un símbolo inequívoco de la arquitectura de su tiempo. Por su parte, la chimenea original de mármol también se ha rehabilitado para integrarse por completo en el interiorismo, aportando calidez, nostalgia y aires clásicos.
Además, Lavedán Gómez ha decidido mantener las contraventanas del salón, reforzando así el vínculo visual con el pasado. En este sentido, también se han incorporado materiales que rinden homenaje a los pisos de aquella época, como azulejos clásicos y molduras ornamentales. Esta combinación de elementos antiguos y nuevos establece un diálogo constante entre lo histórico y lo contemporáneo.
Espacios abiertos para la convivencia
Para la nueva distribución, Lavedán Gómez ha replanteado los espacios interiores con el objetivo de abrirlos y mejorar así la funcionalidad del hogar. De esta forma, se ha eliminado la compartimentación tradicional para crear áreas amplias que fomentan la interacción y la convivencia familiar.
Así, la zona de día, que integra salón, cocina y despacho, ha sido concebida como un único espacio fluido y versátil. El recibidor, vestido por un suelo hidráulico que simula una alfombra de época, ofrece a los visitantes una bienvenida acogedora desde el primer momento.
La cocina, el pulmón del hogar
La cocina se presenta como el núcleo de esta casa en Chueca, diseñada para fomentar la relajación y la convivencia. Una puerta corredera de dos hojas, oculta en los tabiques, permite integrar este espacio con el salón y el comedor, creando una transición fluida entre las estancias. Además, Lavedán Gómez ha optado por la madera de roble natural para el mobiliario y la carpintería que alberga los electrodomésticos en su interior. Este material noble genera un interesante contraste con el suelo de terrazo, siguiendo una línea limpia y funcional.
Sin duda, la isla es el pulmón de la vivienda. Sus baldosas texturizadas y esmaltadas en un vibrante tono verde dotan de mucha energía, frescura y carácter al conjunto.
La iluminación es la clave
La iluminación, tanto natural como artificial, se convierte en la esencia del proyecto. Por una parte, grandes ventanales y puertas correderas permiten que la luz recorra de manera uniforme toda la vivienda. Por otra, el estudio ha planteado el proyecto de iluminación artificial para realzar los elementos arquitectónicos.
De esta forma, se han instalado en las áreas de paso balizas integradas en la tabiquería para añadir luz de manera sutil y a la vez efectiva. En el comedor, la lámpara Paper Shade de Hay sobrevuela la icónica mesa Nomos de Tecno, diseñada por Norman Foster. También sorprenden el flexo Goldman, diseñado por Ron Gilad, para Flos en el despacho o los apliques Ledtube Mini de Marset en el dormitorio principal.
Fotografía: Germán Saiz