Un piso centenario de Barcelona transformado en una colorida vivienda radicalmente contemporánea
El estudio Vilablanch ha llevado a cabo un minucioso y singular trabajo de diseño en este piso del Eixample de Barcelona sin perder de vista la historia de la vivienda existente. Gracias a un valiente uso del color han logrado que las distintas capas del pasado sobrevivan y que, además, convivan con el presente de una familia moderna. Inspirado en "La Herencia" de Coderch, estamos ante una casa que crece y decrece según las necesidades de sus habitantes.
El uso del color y el paso del tiempo
Con humor y honestidad, la intervención de Vilablanch ha empleado el color para dar una segunda vida a elementos de hace más de 70 años. Así, la ausencia o presencia del color ayuda a ir subrayando, o atenuando, las distintas capas de historia de la vivienda.
Por ejemplo, en los pasillos o crujías principales, los suelos, techos y paredes perpendiculares a la fachada se envuelven en unas cintas de color intensas, mientras que el resto se dejan en blanco. Sin embargo, en los espacios secundarios se ha buscado el acabado original, el no color. De esta forma salen a la luz los techos de vigueta y bovedilla, el ladrillo, la volta catalana, las vigas y los pilares de hierro.
Como elemento distintivo del proyecto se han empleado el azul y el verde para teñir antiguos elementos neoclásicos. El blanco sirve, en la misma línea, para pintar las carpinterías modernistas y las molduras de origen.
Una planta viva para un piso de Barcelona
La vivienda está formada por dos pisos principales que se unieron dando lugar a un piso de 390 m2 de interior, más 65 m2 de sótano y 195 m2 de terraza. Los propietarios querían convertir este espacio en una casa que se adapte a los flujos de su familia, con miembros que van y vienen de Barcelona. Del mismo modo, desde el inicio del proyecto se buscó un espacio actual y dinámico, que dejara en un segundo plano cierta solemnidad neoclásica.
La inspiración vino de la mano de “La Herencia” de Coderch. En este proyecto el arquitecto diseñó una planta cambiante que se va ajustando a las necesidades de la familia. Con ese punto de partida y para resolver de la mejor manera la planta de distribución, se crearon unas puertas correderas, estancas y con cerraduras, que abren o cierran zonas según las necesidades.
Así, ahora, el espacio puede configurarse en una única vivienda de siete habitaciones o en dos apartamentos con entradas independientes. Ese esquema también da lugar a una zona intermedia que, abriendo o cerrando estas carpinterías puede crecer o decrecer.
El mobiliario más contemporáneo
Los muebles, luminarias y complementos utilizados también trazan un recorrido que pasa por todas las capas del diseño más significativo del S.XX hasta llegar a las piezas más contemporáneas. Sofás de B&B, butacas de Vitra, junto a piezas de las marcas más prestiogiosas, como Cappelini, Cassina, Molteni, Finn Juhl … acaban de imprimir el sello de la elegancia contemporánea a un impactante proyecto que respeta la memoria y que está destinado a permanecer en ella.
Fotografía: Jordi Pujol