Cracovia: arquitectura y urbanismo histórico como testimonio de la riqueza de Polonia
Su casco antiguo ha sido declarado patrimonio histórico de la humanidad por la Unesco. Su más de cien iglesias y su trazado urbanístico han hecho de Cracovia un ejemplo de diseño arquitectónico en el corazón de la Europa Oriental.
Todos los estilos en una misma ciudad
Probablemente sea la ciudad más conocida de Polonia, aunque dejó de ser capital del país en 1596. Situada a orillas del río Vístula, Cracovia se lleva todas las miradas ente las ciudades de Europa del Este. ¿El motivo? Tiene uno de los cascos antiguos más deslumbrantes de la región, funcionando como ejemplo de planeamiento urbano. Entre sus calles medievales se esconden todos los estilos artísticos posibles, que conviven con una arquitectura moderna que está ganando fuerza en otras zonas de Cracovia.
El casco antiguo de la ciudad, con edificios de estilo románico, renacentista o barroco, fue considerado por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad. Actualmente, Cracovia es un claro ejemplo de la simbiosis entre la arquitectura medieval y las necesidades contemporáneas. Su atractivo actual se debe al compromiso que ha asumido la ciudad por la conservación de su patrimonio histórico.
Pese a ver sido bombardeada durante la Segunda Guerra Mundial, el centro histórico de Cracovia cuenta con una disposición y planificación original del medioevo, preservado de una manera notable. Como resultado, la ciudad polaca cuenta con un pensado trazado de diferentes asentamientos y barrios que denotan la evolución urbana que atravesó la ciudad.
De la Basílica de Santa María a la colina Wawel
El recorrido arquitectónico de Cracovia comienza en la Plaza del Mercado Principal, ubicada en el corazón de la ciudad. Además de ser una de las mayores plazas medievales de Europa, la plaza se rodea de edificios magníficos y llenos de color como la Basílica de Santa María o la Torre del Ayuntamiento con su centenario reloj.
En las últimas décadas, Cracovia ha apostado, como ya han hecho muchas ciudades europeas, por dejar de lado el coche. El centro histórico es en su mayoría peatonal, creando un entorno más amigable para los residentes y visitantes. Con esta accesibilidad peatonal, la ciudad logra fomenta la interacción social al mismo tiempo que promueve la sostenibilidad.
Otro de los principales atractivos de la ciudad es el Castillo Real de Wawel, situado en la cima de la colina que lleva el mismo nombre. Se trata de un complejo arquitectónico que, además de un castillo, cuenta con una majestuosa catedral y más construcciones de estilo románico y renacentista.
El nuevo estilo polaco
Entre los edificios históricos bien preservados de la antigua Cracovia comienzan a emerger nuevos diseños de arquitectura moderna. Entre ellos podemos encontrar el Centro de Documentación Cricoteka, un edificio inspirado en las obras y prácticas del artista radical Tadeusz Kantor. El diseño engloba dos edificios, uno de estructura de hierro granate abrazando al antiguo, con el río de marco.
Inaugurado en 2005, el Jardín de Arte Małopolska es otra de las manifestaciones de la arquitectura moderna polaca. Firmada por Krzysztof Ingarden (en colaboración con Jacek Ewý), el edificio es un juego contextual entre “mimesis y abstracción”. Mantiene las líneas de la cubierta y las divisiones de las fachadas en consonancia con la composición y soluciones lineales de los edificios vecinos.
El Centro de Congresos de Cracovia, por su parte, tiene una capacidad para más de 2.000 espectadores. Su vestíbulo de tres niveles con paredes exteriores de vidrio tienen vista al río Vístula, al mismo tiempo en que se pueden observar la colina Wawel y de la iglesia de Skałka.