Reconstruir, rehabitar y repensar. La Bienal Mugak replantea el papel de la arquitectura en tiempos de inflexión
La Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi Mugak celebra su cuarta edición con sede en las tres capitales vascas. Una propuesta disruptiva formada por un amplio programa cultural con un elemento común: cuestionarse el papel transformador de la arquitectura en el contexto actual.
Habitar el cambio
Vivimos tiempos convulsos en todas las dimensiones socio-económicas. Tras décadas de opulencia y derroche, por fin nos hemos dado cuenta que los recursos son finitos. En base a ello se hace patente la necesidad (urgente) de desarrollar proyectos transformadores que reconduzcan esta tendencia para evitar el colapso medioambiental.
Este es el contexto del que parte Mugak, la Bienal Internacional de Arquitectura de Euskadi, impulsada por el Departamento de Planificación Territorial, Vivienda y Transportes del Gobierno Vasco. Su cuarta edición propone la arquitectura como una herramienta capaz de reconstruir, rehabitar y repensar el momento presente. De este modo la comisaria Maria Arana asienta las bases de una muestra plural que incluye exposiciones, pabellones efímeros, conferencias, visitas y talleres que generan escenarios donde habitar el cambio.
Tres pabellones efímeros
Además de la exposición central de la bienal Mugak, que cuenta con piezas del pritzker Wang Shu, la siempre elocuente Beatriz Colomina o los estudios Takk y Acha Zaballa, la cuarta edición propone 3 pabellones efímeros donde acoger parte de la programación.
El primero en inaugurarse -al estar inscrito en el contexto del Festival de Arquitectura Urbana TAC!– fue Lost Forest. Situado en San Sebastián, se trata de una pirámide fabricada con madera quemada procedente de un incendio, que traslada la problemática ambiental al espacio urbano mediante la arquitectura efímera.
También de madera es MUGAK HABIT[atu]Z, el segundo pabellón impulsado por la bienal en Bilbao. La propuesta, desarrollada por el estudio behark, se ha construido mediante un sistema modular prefabricado que permite un ensamblaje rápido y ligero. Una vez desmontado, la intención es reubicarlo en otra zona de la ciudad para dar respuesta a las necesidades sociales del barrio.
Por último, vale la pena elogiar el componente didáctico de Argi, el tercer pabellón de Mugak. Diseñado por los alumnos de la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la UPV/EHU, se trata de un pabellón hinchable fabricado con materiales reutilizados que se ubica en plena bahía de la Concha.
Ciclos temáticos
Las subvenciones del Gobierno Vasco en el contexto de la bienal Mugak han permitido desarrollar un completo programa formado por más de cien actividades gratuitas. De entre todas ellas, destacan dos interesantes ciclos temáticos que recogen miradas diversas del lema reconstruir, rehabitar y repensar, propuesto por la comisaria Maria Arana.
Uno de ellos es disco-TEKAK, una propuesta de BeAr Architects que estudia los espacios arquitectónicos -en muchos casos abandonados- que dejó el fenómeno musical del Bumping en la costa guipuzcoana. Se han organizado visitas guiadas a varios de estos locales y se ha comisariado un conjunto de conferencias alrededor del concepto sociológico del ocio con la participación de arquitectos, filósofos y artistas.
El segundo que mencionamos es Rhizoma. Se trata de un proyecto de los arquitectos Victoria Collar, Jon Garbizu, Gonzalo Peña y Diego Sologuren que crea un espacio de reflexión y debate en Chillida Leku. A partir del estudio del Baserri, el caserío tradicional vasco, las jornadas proponen nuevos modelos residenciales y formas alternativas de habitar el mundo rural contemporáneo.