Este nuevo restaurante tiene el sello de Luzio Studio y las mejores vistas a la Barceloneta.

Un color vibrante para volver a dar vida a un restaurante 

Luzio Studio pone la firma al interiorismo de un nuevo restaurante en Barcelona. Se trata de Azul Rooftop Barceloneta, un espacio gastronómico en el mítico barrio de la ciudad condal y donde el famoso y reconocido chef Romain Fornell está a cargo de la cocina.  

El restaurante intervenido por Luzio Studio ocupa el espacio del antiguo Blue Spot, en la octava planta del edificio Ocean. De esta forma, el restaurante cuenta con unas vistas privilegiadas 360º de toda la ciudad y, en especial, de la costa barcelonesa.  

Para diseñar el interiorismo, Luzio Studio eligió un estilo sencillo y fresco. La escaza posibilidad de realizar reformas y el mínimo período de tiempo para concluir la adecuación del local incentivaron al estudio de diseño a elegir a la pintura como elemento diferencidor. “La manera más contundente de hacer un cambio de imagen rápido y económico es con pintura, por eso elegimos un color vibrante que representara al entorno y objetivo del proyecto”, señala Xavier Martinell, director de Luzio Studio.  

Tras probar con varias tonalidades de color, se escogió una referencia de azul muy intenso con la que se pintó las paredes y los techos de vigas del interior del local. La zona exterior del restaurante también fue teñida del mismo azul. De hecho, al ver el local transformado, el chef decidió ponerle Azul como nombre al nuevo restaurante, resaltando las connotaciones mediterráneas tan potentes del interiorismo.  

Muebles restaurados, textiles azules y detalles en blanco y rojo 

Se pudo aprovechar todo el mobiliario existente del anterior restaurante, de gran calidad y perteneciente a reconocidas marcas y diseñadores del sector. En este sentido, dentro del proyecto de interiorismo, Luzio Studio procedió a la restauración de todos los muebles, tanto de interior como de exterior. 

Asimismo, Luzio se encargó de la confección de todos los textiles nuevos, en varios tonos de azules distintos y algunos con notas en rojo coral, que se combinan con el color blanco de algunos accesorios, como las tinajas diseñadas ‘ex profeso’ para este proyecto por un artesano de Girona, en tres tamaños distintos, y que pueden verse en distintos rincones del restaurante.

Otros muebles en rojo intenso junto con algunas lámparas de ratán completan el interiorismo. La intervención del espacio ha contemplado también pulir los suelos, reubicar la iluminación, y añadir toda la decoración, la vegetación y el atrezzo final. 

La fachada del restaurante se ha mantenido en su estado original, pero ahora lleva un toldo con faldón azul sobre el que destaca el logo del espacio gastronómico. El hall de entrada simula un cubo azul con las paredes, techo y suelo del mismo color. Una pasarela curvilínea revestida de moqueta de sisal parece conducir a los clientes hasta los dos ascensores, que también se han pintado del color protagonista. 

El comedor principal cuenta con una gran terraza en forma de U que parece abrazar la parte central del edificio, con vistas frontales al mar. A la derecha se accede a otro comedor más pequeño donde se disponen varias mesas con diferentes capacidades. La distribución se completa con dos terrazas, una cubierta para 14 personas y la otra que coincide con la principal.