‘Proyecto Culmia’: Las lecciones de Isabel López Villalta para decorar una casa desde cero.

Vivir en comunidad, uno de los objetivos de ‘Proyecto Culmia’

Culmia es un complejo residencial de nueva construcción realizado por XGG Arquitectos. Está compuesto por viviendas exclusivas en la calle Ràfols, en el barrio de Sarrià de Barcelona. Condensa un nuevo modelo de negocio inmobiliario en el que interviene, por un lado un estudio de arquitectura y, por otro uno de interiorismo, que ponga en valor las características de la vivienda. Algo así como un Home Staging, pero elevado a otro nivel. De hecho, Culmia es el nombre de la promotora que tiene activas otras promociones residenciales por toda España, aunque su actividad se centra especialmente en Cataluña.

La elegida fue Isabel López Villalta, una profesional con mucho caché dentro del sector. Ha sabido maximizar todas las posibilidades decorativas que ofrecen estas casas: «Nuestro punto de partida ha sido conseguir la mejor distribución adaptándonos a todas las posibles necesidades futuras del usuario», comentan desde su estudio.

El proyecto de interiorismo no empieza en la vivienda, si no en los espacios comunes de la planta. Tanto el portal como los espacios destinados a la convivencia entre los vecinos también han sido pensados para facilitar las relaciones, algo inusual en los edificios antiguos del centro donde no hay espacios ni donde celebrar las reuniones de la comunidad.

«Hemos intentado responder a la arquitectura moderna con un lenguaje estético atemporal de colores neutros y contrastados. Para ello, optamos por materiales como la piedra caliza negra Calatorao en dos acabados diferentes para el pavimento y baldosas de terrazo de diferentes diseños en el revestimiento vertical. Junto a la madera alistonada en el techo hemos conseguido un equilibrio entre los materiales y sus texturas», comenta la interiorista.

Una distribución pensada para la buena vida

Al entrar en la vivienda nos recibe un distribuidor que nos permite circular hacia la zona de día protagonizada por el salón comedor con la cocina abierta de telón de fondo, algunas piezas icónicas de diseño, como el sillón Egg de Jacobsen. Para la cocina se ha optado por un diseño de Bulthaup en tonos neutros para integrarla mejor con el mobiliario del salón, a su vez integrado con el comedor.

Toda la estancia está revestida con un pavimento cerámico de gran formato que aporta amplitud y luminosidad al espacio. Además, para dotar a esta zona de la máxima sensación de confort se ha optado por revestir el techo con listones de madera natural que envuelven la vivienda, prolongándose en el exterior de los balcones, de gran amplitud, aunque sin llegar a ser una terraza. La madera también es la protagonista del despacho, ya que el teletrabajo ha llegado a nuestras vidas para quedarse, es conveniente destinar una habitación de la vivienda para tener la oficina en casa.

Habitaciones con tonos neutros

Al otro lado del distribuidor nos encontramos con un pasillo que recorre toda la zona de noche hasta llegar al dormitorio principal compuesto por un vestidor y un baño integrado en el dormitorio, aunque goza de la privacidad suficiente al estar separado por un vidrio texturizado permitiéndole así, tener luz natural.

El dormitorio más cercano al principal es el dormitorio infantil con colores más vistosos que el resto de la vivienda. Los otros dos dormitorios están compuestos por cama individual y zona de trabajo para unos usuarios más juveniles. Pocos muebles pero bien escogidos, como el Componibilli de Kartell a modo de mesilla. Todos los dormitorios están revestidos con un pavimento de madera natural para dar más calidez a estos espacios.

Los baños que acompañan a la zona de noches se revistieron de cerámica de gran formato. Al igual que en resto de la casa, cuentan con madera natural en el techo, repitiendo el mismo recurso usado en el salón y en la cocina.