De antigua panadería en los años 80 a una vivienda con un patio muy particular.
'Casa NZ10', ubicada en unos bajos de Palma de Mallorca, era un antiguo local longitudinal que daba a la calle y que tenía un patio en mal estado. La reforma de Auba Estudio ha conseguido aumentar los metros de la vivienda, y además, dotar de luz y calidez a una casa destinada al ostracismo.
La dificultad por encontrar alquileres asequibles y la poca oferta de vivienda accesible en Palma llevaron a los propietarios de esta vivienda a buscar soluciones alternativas. ¿La solución alternativa por excelencia? Ampliar el rango de búsqueda a los locales comerciales y, con una buena reforma, reconvertirlo en vivienda con todas las prestaciones de un apartamento o una casa. En este caso, el local se encontró en una planta baja, en uno de los barrios más densos de Palma.
Búsqueda de equilibrio entre iluminación natural, intimidad y paisaje
El primer paso dado por el estudio Auba para la ‘Casa NZ10’ fue recuperar el patio trasero tirando la cubierta de la antigua cocina. Se mantuvo la huella del alicatado como guiño y de la misma forma, se ganó en textura, que sirve de apoyo para las plantas del patio (además de tener la utilidad de funcionar como colchón acústico).
Otra de las intervenciones, fue abrir el muro que dividía la parte trasera, —la antigua cocina—, de la parte delantera. De esta forma se ha conseguido generar una continuidad lumínica en toda la vivienda con un patio en cada uno de los extremos. Para acabar de cerrar el espacio por delante y por detrás se utilizan dos vidrieras que van de medianera a medianera. Así, se ha logrado sumar aproximadamente 2 m hacia el patio. Este nuevo añadido, que hace las veces de un porche, se ejecuta mediante un elemento ligero y con una cubierta vidriada que, por su ubicación a norte, no recibe luz directa del sol.
¿Intimidad en una vivienda a pie de calle? Sí, se puede
Para intentar suavizar el contraste tan directo entre la vivienda y la calle, se ha generado un espacio intermedio. De esta forma, el interior de la vivienda da directamente a través de la vidriera a este “batiport”, que se protege de las miradas exteriores mediante un sistema de lamas inclinadas de acero (un sistema fuertemente inspirado por las soluciones que hace estudio Crü en lugares como en Barcelona).
Hay metros para la experimentación: 106 m2 de vivienda y 51 m2 de patio, en el que se ha creado una jardinera lineal con un banco corrido visible desde cualquier lugar del interior. Un parterre de mayor tamaño acoge a un árbol y un espacio técnico. Paisajismo en un espacio reducido, pero com un efecto maximizado debido a la gran relación interior-exterior que se ha propiciado en toda la vivienda. Así se consigue una sensación de amplitud, ya que los patios, delantero y trasero, forman parte visualmente del interior de la vivienda.
Madera de abeto para ganar en calidez y funcionalidad
La distribución se genera mediante un mueble lineal de madera de abeto, que se coloca perpendicularmente al patio, de tal forma que permita el flujo de luz entre patio y fachada, a la vez que divide la vivienda en dos zonas: las de día y las de noche. En la zona de día tenemos un salón-comedor-cocina. La cocina se centra en una isla de acero inoxidable y se apoya en el mueble principal.
En la zona de noche tenemos dos habitaciones, una principal con baño incorporado y una habitación auxiliar. Entre ambas habitaciones se encuentran los baños. Todas las nuevas acciones se realizan con elementos de madera de abeto, para que queden claras las nuevas intervenciones a la vez que se aporta la calidez que necesita un espacio con poca luz.
Fotografía: José Hevia