La exposición más completa de Gaudí podrá verse en Madrid hasta febrero.

La obra monumental de Gaudí viaja a Madrid

Hace más de 20 años que Madrid no acoge una muestra tan extensa sobre Antoni Gaudí, una de las figuras más destacadas de la arquitectura a nivel internacional. Gaudí es una exposición que plantea una aproximación a la persona y a la obra del eminente arquitecto catalán, y que pone de manifiesto cómo sus obras son un prodigio de inventiva e innovación. En ellas, además, queda patente la racionalidad de su sistema constructivo, fruto de su propio genio personal, de las ingentes horas de estudio y del minucioso trabajo al que dedicó toda su vida.

El montaje de la exposición incluye planos, dibujos, maquetas, muebles, elementos arquitectónicos, cerámica, fotos de época… Todo ello nos invita a conocer de forma exhaustiva sus principales proyectos, desde la Cooperativa La Obrera Mataronense hasta las casas Vicens, Botines, Calvet, Batlló y Milà, conocida como La Pedrera, pasando por el templo de la Sagrada Familia o sus proyectos para Eusebi Güell.

Con una mirada más atenta, en esta exposición sobre la figura de Gaudí se descubren otros aspectos que subyacen en su trabajo y que «evidencian la figura de este gran arquitecto. La importancia de la comprensión de su trabajo, con un espíritu didáctico, ha sido prioritario», según su comisaria, Charo San Juan.

Un genio de la arquitectura

Antoni Gaudí (Reus, 1852 – Barcelona, 1926) está considerado un genio de la arquitectura y del arte a nivel mundial. Siete de sus edificios han sido declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO: el Park Güell, el Palau Güell y la Casa Milà, desde 1984; la Casa Batlló, la cripta de la Colònia Güell, la Casa Vicens y la cripta y la fachada de la Natividad de la Sagrada Familia, desde 2005. Sus obras atraen desde hace años multitud de visitantes de todo el mundo, que quedan sorprendidos y fascinados por su originalidad y belleza.

Durante sus primeros años como arquitecto profesional, Gaudí se interesó por la realidad social de la clase obrera. Su participación en la construcción de la Cooperativa La Obrera Mataronense fue la única ocasión en que el arquitecto, que a lo largo de toda su carrera profesional, no trabajó para la burguesía o la iglesia.

Una carrera meteórica

Ya en 1883 recibe el encargo de las obras de la Sagrada Familia, e inicia la construcción de la Casa Vicens, una residencia de verano que está considerada como una de sus primeras obras importantes. En su estructura predomina la línea recta, mientras que en la decoración interior destaca el gusto por el arte oriental. A este proyecto le siguieron el Palau Güell y un encargo fuera de Cataluña, en León, donde construyó Casa Botines. Este es uno de los tres únicos proyectos que Gaudí realizó en otras regiones de España, junto con El Capricho de Comillas y el Palacio Episcopal de Astorga.

Las más de 150 obras y los materiales que se exhiben consiguen trasladarnos al particular universo de este creador. No solo sus procesos de trabajo, sino también la importancia de sus relaciones personales (como la amistad que mantuvo con Eusebi Güell, amigo personal y mecenas de algunas de sus obras más destacables).

Gaudí se relacionó especialmente bien con la burguesía catalana, que desde finales del siglo XIX e inicios del XX se empezó a «mudar» al Eixample. Existía la necesidad de crear nuevas casas, pero no cualquier tipo de casa. Será aquí, en esta nueva zona de la ciudad, donde se ubicará la mayor parte de la arquitectura modernista. Entre 1898 y 1912 tres edificios de viviendas diseñados por el arquitecto verán la luz. La Casa Calvet, en la calle de Casp, y las casas Batlló y Milà, en el Passeig de Gràcia, la calle más representativa del nuevo proyecto urbanístico de Barcelona.

La Sagrada Familia, obra maestra inacabada

Las obras de la Sagrada Familia comenzaron en 1882, siguiendo el proyecto de Francisco de Paula del Villar. Gaudí fue nombrado su arquitecto principal tan solo un año después. Trabajó en su construcción hasta su muerte, convirtiendo la modesta iglesia inicial en un proyecto de una magnificencia extraordinaria, que solo pudo construir parcialmente.

Para avanzar en el proyecto, se utilizaron maquetas, y el propio Gaudí se instaló en el recinto de las obras. En julio de 1936 un incendio destruyó este espacio, que albergaba el estudio del arquitecto, el taller fotográfico para los grupos escultóricos y el almacén para los modelos en yeso de las esculturas, así como las maquetas del templo. Se perdieron los planos, los dibujos, las fotografías originales y una parte de las maquetas a escala. Lo que se pudo recuperar, conservar o bien reproducir, quizá formen el corpus de las piezas más valiosas de esta exposición.

Su faceta como diseñador

Gaudí preparaba con sumo detalle cada uno de sus proyectos, ocupándose de todos los elementos. Su planteamiento, basado en una concepción total y unitaria, incluía tanto el aspecto constructivo como la decoración, los muebles y hasta los más pequeños detalles. El montaje de la exposición de Gaudí es tan completo que se podrán ver algunos de estos objetos, desde sillas, bancos, azulejos, puertas o espejos.

Gaudí diseñó el mosaico hidráulico de la Casa Milà; recubrió el patio interior de azulejos en distintos tonos que van del blanco al azul ultramar intenso. O la marquetería de puertas y ventanas, que presentan formas orgánicas. También diseñó el mobiliario para estas casas, como los asientos ergonómicos para el despacho de la Casa Calvet y el comedor de la Casa Batlló. No dejaba nada al azar: incluso se encargó de diseñar los pomos y tiradores de las puertas de la Casa Milà. Su dedicación pone de manifiesto su capacidad de conjugar funcionalidad y comodidad, sin renunciar a una intencionada expresividad y belleza.

Gaudí. Centro Centro. Plaza de Cibeles, 1 (Madrid)
Del 14 de octubre de 2022 al 5 de febrero de 2023.

Fotografía: Lukasz Michalak