Abre Antiga Casa Buenavista, un hotel 100% barcelonés.
Ambientes muy domésticos; piezas de mobiliario icónicas del diseño catalán; y la influencia de la generación Coderch, Mitjans y Bonet Castellana confluyen en el nuevo hotel Antiga Casa Buenavista, que acaba de abrir sus puertas en Ronda Sant Antoni, 84. Hablamos con Juan Trias de Bes, al frente del despacho TDB Arquitectura, para conocer todos los detalles sobre este emblemático proyecto, tan representativo de la arquitectura catalana.
Un hotel «molt d’aquí»
«Es un hotel de proximidad. Esto significa que está hecho con materiales locales. Que toda la tipología de espacios está basada en los elementos tradicionales de este lugar. Que la propiedad que regenta el hotel es una familia de esta ciudad. Y que ha contado con la colaboración del barrio para la operativa del hotel. Se han contratado a gente de aquí para los suministros». El arquitecto Juan Trias de Bes introduce así una de las últimas obras del estudio TDB Arquitectura, el nuevo hotel Antiga Casa Buenavista.
El proyecto se remonta al año 2013, cuando Miquel Molleví les propone reconvertir el edificio perteneciente a su familia. «Él había nacido en esta casa. Aquí vivían sus abuelos e incluso más generaciones. Su ilusión siempre había sido recuperar el restaurante Buenavista. Y a raíz de esta idea, vino la del hotel».
Lo cierto es que en tiempos remotos, e incluso antes de que existiera el conocido restaurante de la planta baja, el espacio había albergado una lechería. «Creo que tenían vacas en Calaf y por la calle Tallers», cuenta Trias de Bes.
Desde el principio, el equipo de arquitectos contó con plena libertad creativa. La única premisa que pedía la familia propietaria era que fuese un hotel muy de aquí. «Nos pidieron que fuera un hotel barcelonés. Que tuviese carácter barcelonés. Esto era lo más importante«, apunta. Y añade «Cuando entras, te das cuenta de que es un hotel que está situado en Barcelona y que no podría estar en ninguna otra ciudad del mundo».
Nos explica, también, que el trabajo ha sido algo muy conjunto entre el equipo de TDB Arquitectura, formado por Fernando Herrero, Marta Pascual y Jordi Flores, y la familia Molleví, que ha participado muy activamente.
Empezar prácticamente de cero
El estado inicial del edificio presentaba graves problemas estructurales. Aparte de las fachadas, no se podía conservar nada más. «Estaba totalmente en desuso y todo por reformar. Las fachadas estaban bien, con unos esgrafiados muy bonitos que se han podido recuperar. Pero el interior no podía mantenerse».
El edificio se vació entero («estuvimos dos años con las fachadas aguantadas por andamios y el resto vacío») y se volvió a construir con la idea de rendir un homenaje a la arquitectura modernista catalana, desde temas más estructurales, hasta el mobiliario.
Dada su ubicación, en el mítico casco antiguo, justo donde se habían alzado las antiguas murallas de la ciudad, en una arteria tan frecuentada y viva como la Ronda Sant Antoni, tanto los propietarios como los arquitectos acordaron que la planta baja debía invitar a entrar. «Queríamos que la zona del restaurante fuera un espacio abierto al público, nada sofisticado. Y tomamos como referencia otras cafeterías míticas de la ciudad como Els Quatre Gats o El Velódromo«, cuenta Trias de Bes. El interiorismo de la zona de restauración es de Concepción Padilla.
Homenaje a la arquitectura catalana
A medida que uno se adentra en el hotel, revive elementos típicos de la tradición local como la volta catalana. «Es una patente que desarrollamos nosotros. Era un sistema constructivo que ya habíamos experimentado en una obra previa, pero es la primera vez que lo aplicamos en un edificio grande y en el centro de la ciudad. Son losas prefabricadas de cerámica, que se construyen en Vic, se traen en camiones y tienen un proceso de colocación muy rápido. Son elementos muy únicos, muy elaborados. No hay ningún edificio en Barcelona que tenga este sistema estructural».
Además de esta peculiar volta, la planta baja te recibe con pilares de fundición y techos altísimos. «Aquí había una doble altura, con un altillo del antiguo restaurante. Eliminamos el que daba a la ronda Sant Antoni, y así convertimos el espacio en una entrada vertical. La mirada se te va hacia arriba». Y así es. Lo primero que hace uno al entrar es mirar hacia arriba.
Suites llenas de detalles
Al interiorismo de las habitaciones, obra de Jordi Flores (integrante del estudio de arquitectura), no le falta detalle. Una bellísima estructura de vitrall modernista separa la zona de baño del resto de la suite. También se recupera la tradición del pavimento hidráulico, el dosel (integrado), las ventanas balconeras y hasta el festejador (armarios al lado de las ventanas).
Los techos con molduras son otra de sus maravillas. «Hemos aprovechado los moldes que usamos para los techos artesonados de la Casa Burés«, nos cuenta el arquitecto. Además, han tenido el detalle de separarlos unos centímetros para indicar que son contemporáneos.
Todos los iconos del diseño catalán
Los espacios comunes de todo el hotel son como un recorrido por la historia del diseño catalán. Tanto en las salas de lectura y reunión, como en las zonas de espera de cada planta (hay cinco y cada una es diferente), vamos encontrado piezas tan reconocibles como la TMM de Milá, la Disa de Coderch, la mesa Jujol 1920 que edita Mobles 114 o alfombras de nanimarquina. Para el asesoramiento y selección de mobiliario se ha contado con el equipo de MINIM.
Hotel Antiga Casa Buenavista. Ronda Sant Antoni, 84. 08001 Barcelona