Una oda al arte y al diseño en este ático de Alex March en Barcelona.
Obras de arte únicas con reminiscencias de los años 60. Icónicas piezas de diseño que visten cada rincón. Así es este ático de 280 m2 diseñado por Alex March Studio en Barcelona. Una auténtica oda a la sensibilidad y la cultura.
Donde se encuentran arte y diseño
Ubicado en Barcelona, este ático de 280 m2 emana la esencia de la rica arquitectura catalana de mediados del siglo XX. Sus grandes dimensiones hacen de él un ático amplio y luminoso, el escenario ideal para disfrutar y admirar la belleza de las grandes piezas de arte y diseño que componen su interiorismo.
Una vivienda con alma de galería. Unos anfitriones que bien se les puede considerar coleccionistas. Bajo esta premisa, ha trabajado el diseñador Alex March para llevar a cabo una rehabilitación que emana serenidad y sensibilidad por la cultura. Que pone en valor las obras de las grandes leyendas clásicas y contemporáneas como Patricia Urquiola, Iñaki Moreno, Aldo Jacober o Hans J. Wegner para Carl Hansen & Son.
Aires sobrios, neutros y muy mediterráneos
Gracias a su amplitud, su terraza y sus ventanales, cada rincón de esta vivienda está bañado por los rayos de sol. Su luminosidad, unida a la paleta de colores naturales que impera en el espacio, transmite una atmósfera muy cálida y acogedora. En esta vivienda, todo fluye de manera relajada y evoca calma y equilibrio mediante de sus formas y colores.
Altos techos y paredes de color blanco se funden con largas cortinas en los mismos tonos creando un lienzo ideal para el interiorismo de Alex March. El suelo está vestido por un suave parqué de madera de roble natural que favorece esa sensación de belleza y organicismo. De esta forma, el diseñador introduce el color y las texturas de manera muy sutil a través de tonos verdes, rojos, amarillos y ocres. Así pues, se crea un ambiente neutro que potencia la explosión de color de las grandes obras que aparecen en los rincones de este hogar.
Equilibrio y armonía entre las estancias
El salón es la primera muestra del fuerte carácter de esta vivienda. Obras de arte que establecen un interesante diálogo con el mobiliario, las piezas de cerámica artesanal y la vegetación. En él, se encuentra un confortable sofá de cuero blanco de Pilma, dos mesas de centro diseñadas por Patricia Urquiola para Kettal y, sobre ellas, dos esculturales piezas artesanales de cerámica de Mari Masot & Faye Sevilla Smith.
La mesa Cep de Cambres Design para Teulat y la lámpara de pino de Estiluz de los años 60 armonizan la transición hacia el icónico sofá de cuero envejecido N701 diseñado por Jacques Deneef para Etnicraft. El toque de color de este salón lo aporta una vibrante pareja de cuadros obra del pintor Iñaki Moreno.
La pared frontal, ubicada entre los grandes ventanales, se ha panelado con madera de roble. En ella, aparece un mueble suspendido de Punt Mobles en el que descansa otra obra pictórica de Iñaki Moreno. Estos elementos conforman el fondo ideal para albergar la clásica silla Shell Chair CH07 diseñada en 1963 por el danés Hans J. Wegner para Carl Hansen & Son. Pura ligereza flotante.
Un amable rincón para la lectura delimita el espacio entre el salón, el comedor y la cocina. Destaca un colorido biombo pintado a mano en los años 60 que aporta intimidad y ese toque naïf.
La cocina nace con la intención de pasar desapercibida, de dar protagonismo a las estancias contiguas. Líneas puras y austeras que se integran con discreción en el interiorismo de la vivienda. Por su lado, el comedor rezuma armonía estética. Sus tonos neutros se ensalzan con los discos beige de la lámpara de suspensión Discocó de Marset y las sobrias y sensuales sillas Laclásica de Stua. La mesa Easel en roble macizo es obra de la firma Pilma.
La luminosidad en los dormitorios se eleva gracias de tonalidades ocres y amarillas, los tejidos neutros y las texturas naturales. Así genera Alex March un templo del descanso con la esencia del Mediterráneo.