El burger que no quería parecer un burger.
Masquespacio se estrena en Milán con un proyecto de interiorismo para la cadena de hamburgueserías italiana Bun. Una combinación de colores verdes y malvas -marca de la casa- y un juego de terrazo, ladrillo y grandes arcos buscan alejarse de las clásicas burgers de aire new vintage.
Masquespacio a la conquista de Milán
No es la primera intervención de Masquespacio en Milán, pero sí su primer proyecto de interiorismo. Ana Milena Hernández Palacios y Christophe Penasse, al frente del estudio con sede en Valencia, frecuentan desde hace años la ciudad italiana. Experimentados y asiduos al Salone Mobile, su última intervención con exposición de creaciones de terracota para Poggi Ugo fue todo un éxito. Sin embargo, les faltaba culminar su conquista de la ciudad del diseño por antonomasia con un proyecto de diseño interior que impregnase su peculiar huella.
El día ha llegado y hoy Ana y Christophe presentan con orgullo su trabajo para Bun, que incluye no solo el interiorismo del local, sino también la nueva identidad de marca.
Bun burger
En su mente tenían una idea muy clara: «alejarnos de la estética habitual de las hamburgueserías de imagen vintage e industrial», comentan. Querían que la suya no tuviera nada que ver con la estética tipo diner contemporáneo que se estila últimamente. Querían algo moderno, sofisticado y, obviamente, juvenil (no hay que perder de vista el público principal del burger, ni el hecho de que el local se encuentre junto a la Universidad Bocconi).
Por parte del cliente, su idea también giraba en torno a un cambio de perspectiva respecto a las habituales hamburgueserías. Apostaban por salir de lo común, creando una nueva experiencia bajo el concepto #bekind (se amable).
Con el clásico sello Masquespacio
Para dar forma a estos imputs, Masquespacio concibió la hamburguesería con el propósito de que respirara sofisticación y calidad. Para ello eligieron la combinación de verde pera y lavanda, dos tonalidades muy típicas del estudio. De hecho, las vimos conjuntadas entre sí en anteriores proyectos suyos, como la óptica Breathe de Bogotá (Colombia) o en la casa imaginaria de Mas Creations (su editora de mobiliario).
Le sumaron otro material «muy Masquespacio», el terrazo, así como unos toques de dorado; y lo aderezaron con una sucesión de arcos de diferentes tamaños y colores. Según cuentan ellos mismos, los arcos existentes en el local fueron el punto de partida del resto que, igual que otros elementos originales, el estudio quiso mantener e integrar. «Cuando vimos estos preciosos ladrillos y arcos existentes en el espacio era evidente que utilizaríamos ambos elementos como punto de inicio del diseño», explica Ana Milena Hernández.
La materialidad se completa con mesas y taburetes de madera. Todo diseñado y adaptado por el propio estudio. también la iluminación.
Asimismo, como ya hicieron en el restaurante japo-brasileño Kaikaya de Valencia, han incorporado muchas plantas de interior. A través de la vegetación quieren reafirmar la identidad saludable de la propuesta gastronómica del local.
More coming soon
El éxito de esta primera colaboración entre Masquespacio y Bun augura que no será la única. El estudio ha confirmado que ya está trabajando en la siguiente apertura de la cadena de restauración en Turín.
Fotografía: Gregory Abbate
Bun. Vuiale Bligny, 19a, 20136. Milano. Italia.