El ayer y el hoy de una casa centenaria en Gràcia.
Situada en un edificio de 1900 en el barrio de Gràcia (Barcelona), esta casa centenaria, a pesar de su larga historia, mantenía el encanto de los antiguos suelos hidráulicos, los techos artesonados y las paredes de obra. El estudio de arquitectura Septiembre Arquitectura se lanzó al rescate. Ha sacado a la luz lo original, ha eliminado añadidos y ha actualizado la vivienda con el máximo respeto.
En un tranquilo pasaje con salida peatonal a uno de los pocos parques verdes de la zona, el piso de 90 m2, situado en un tercero, respira calidez. «Hay casas que tienen historia» -explican desde Septiembre Arquitectura– «y esta es una. A pesar de estar totalmente destartalado, tenía alma. El aroma de esos cien años, sus techos altos con artesonados, y esos suelos tan abultados que te hacen pensar por donde pisar…» Lo primero fue pensar cómo respetar el origen del piso. Mantener todo lo que hubiera sobrevivido y eliminar posteriores añadidos. Recuperan los techos, compuestos por revoltones cerámicos y vigas metálicas y limpiar las paredes para dejar la obra vista. Por desgracia el suelo es insalvable, y se sustituye por un parqué natural.
La luz y el color son el nexo que fusionan pasado y presente
Se eliminan todos los tabiques posibles. Así, unifican los espacios posteriores del piso, destinados a la zona de día, mientras se mantiene casi intacta la parte de la fachada principal. La casa ahora cuenta con tres habitaciones (dos dobles), dos baños completos, un mini lavadero y un salón comedor con cocina abierta. Todos los espacios confluyen y quedan desahogados. Están bañados por luz natural y conectados a través del gran recibidor en el que se han mantenido las antiguas puertas de gran altura y vidrios glaseados de colores, que ya son difíciles de encontrar. El perchero y la mesita son de Va de vintage y la alfombra de Cabinet BCN.
Para decorarlo, como en el resto de la casa, los arquitectos contaron con todo el equipo de la inmobiliaria The Home Hunter y la colaboración del estudio de interiorismo Somos Nido, que han elegido elementos de mobiliario sobrios, piezas de arte y telas de cálidos colores. La arquitectura y la decoración se unen en esta casa centenaria a la hora de crear calidez y naturalidad a cada uno de sus ambientes.
En la zona de estar, el color es el protagonista. Los tonos verdes de las puertas conjugan con el rojo de la alfombra de nanimarquina y la colorista obra de Claudia Valsells en Alzueta Gallery. La mesa de centro es de Natura Casa y la cómoda auxiliar de Va de Vintage. El sofá y los textiles de Cabinet BCN. Dos elementos originales recuperados, la pared de ladrillo y el techo de bóveda catalana, ponen el telón de fondo.
En el comedor, sobrio y vestido con linos en tonos naturales. La mesa es de IKEA y las sillas de Milesimas, una firma especializada en crear piezas únicas con muebles recuperados. Al fondo, unas puertas ocultan una práctica zona de despensa.
A un lateral, una mesa alargada de madera de IKEA adosada a la pared compone una práctica zona de trabajo y lectura. Esta equipada con una silla icónica de diseño, la Cesca de Marcel Breuer; una pieza creada en 1928 y que nunca ha pasado de moda, todo lo contrario. La edita Knoll y este modelo procede de Va de Vintage. El cuadro es de Maria Yelletisch de la galería Alzueta.
La cocina integrada en el espacio
El sol de la tarde baña el salón-comedor, unidos a través de la cocina. La cocina, con un diseño sobrio, pasa a ser la gran protagonista. Se organiza en forma de U, creando una gran barra que comunica con el salón.
En cuanto a su decoración, mantiene la filosofía del resto del interiorismo, textura y color; madera de roble para los muebles altos y lacado verde oscuro para los bajos. De este modo se consigue un elemento protagonista, que se integra a la perfección con el resto de los espacios. Los taburetes altos de piel junto a la barra son de Milesimas. En el suelo, lámpara Cesta de Miguel Milá para Santa & Cole.
La luz, el sol y el mar en los dormitorios
La calidez de la luz mediterránea de Barcelona entra por la mañana por las habitaciones, que disfrutan de una vista privilegiada al mar.
El dormitorio principal está protagonizado por una de las paredes de ladrillo que se han dejado al descubierto. Cuenta con un balcón. El mobiliario, una cama y dos mesillas de Vade Vintage, las lámparas Caddo Cono I de Felipe Hera, la ropa de cama y los cojines de Mikmax Barcelona, todo en tonos tonos neutros y naturales
La casa centenaria cuenta ahora con un nuevo dormitorio de niños: la habitación doble, dispone de una espectacular luz natural y preciosas vistas que se pueden disfrutar desde el balcón. Está decorada en tonos cálidos con el fin de crear esa sensación de confort que invita al relax y al descanso. La butaca amarilla es de Milesimas, las fundas nórdicas, plaids y cojines de Mikmax Barcelona. Y las mesillas de noche de IKEA.
Los baños se revisten de porcelánico con un formato de 10x10cm. El baño principal ,más grande, se tiñe de color verde; mientras que el secundario, más pequeño, juega con el mismo formato, pero en color beige, potenciando así la sensación del espacio. Sin duda, la casa centenaria, fiel a su origen, ahora cuenta con todas las comodidades modernas.
Fotografía: Somos Nido & The Home Hunter
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