Hotel Milla Montis, una reinterpretación contemporánea de la arquitectura vernácula.
Un año después de ganar el concurso al que fue invitado en 2019, Peter Pichler Architecture ha terminado el Hotel Milla Montis en Maranza (Italia). Un establecimiento hotelero único, con 30 habitaciones y 3.500m2, rodeado por un paisaje espectacular y con impresionantes vistas panorámicas sobre los Dolomitas.
Hotel Milla Montis, por Peter Pichler Architecture
Desde octubre, Maranza, la región italiana del Tirol del Sur, ofrece un nuevo alojamiento a todos los que quieran conocer el norte de este multifacético país. Un entorno privilegiado, con prados y campos rodeando la montaña que alberga el pueblo alpino y que emerge sobre el valle Puester, un destino turístico conocido por sus sorprendentes rutas de senderismo.
Para respetar la escala de las construcciones vecinas, el nuevo edificio se fragmenta en cuatro volúmenes paralelos y conectados. Desplazados entre sí, estos logran reducir visualmente la volumetría de una construcción única, que desde fuera se lee como cuatro.
Inspiración vernácula local
El Hotel Milla Montis inspira su diseño en la arquitectura vernácula de la región y el clásico granero de cubierta a dos aguas y madera local. Una tipología de gran tradición, que Peter Pichler Architecture reinventa aquí desde una perspectiva contemporánea y respetuosa con el pasado.
«Maranza es un pequeño pueblo del Tirol del Sur con una importante tradición agrícola», cuentan los arquitectos afincados en Milán. En esta tradición se inspiran para diseñar detalles como la forma curva del exoesqueleto de fachada, que recuerda la horquilla utilizada por los agricultores locales.
Una doble piel de madera
Protagonista indiscutible del proyecto, la madera juega con el contraste entre el revestimiento ennegrecido del exterior y la piel clara que envuelve el interior.
Simples y funcionales, los interiores hacen gala de un característico estilo alpino atemporal. La madera de fresno se combina con típicos textiles de loden verde, que añaden color y dan continuidad a la paleta natural del paisaje circundante.
Fotografía: Jörgen Camrath