Una casa cambiante perfecta para los tiempos actuales.
Teresa Carrau Carbonell y Eduard Baviera Llópez vuelven a sorprendernos con un proyecto muy poco convencional. Un espacio versátil y flexible, diseñado para dar respuesta a las necesidades cambiantes de la vida post-COVID.
Hace pocas semanas publicamos un proyecto de Carrau Carbonell y Babiera Llópez en el municipio valenciano de Torrente. El equipo de arquitectos rehabilitó un edificio tras una fachada restaurada y protegida, en el que ubicó seis apartamentos en un espacio donde anteriormente albergaba solo cuatro. Hoy el proyecto vuelve a ser noticia por las viviendas ubicadas en su ático. Dos casas-estudio, totalmente simétricas, que se adaptan al momento cambiante actual gracias a su configuración flexible.
Un espacio cambiante
«Las variables de programa eran amplias y el espacio muy reducido», cuentan los arquitectos. El cliente quería una vivienda flexible, que se acoplase a una vida en constante evolución. Un lugar donde trabajar, solo y en equipo, y recibir a gente, pero también donde vivir. Una suerte de refugio o atalaya.
Para dar respuesta a los deseos del cliente, el proyecto concentra las invariantes del programa –baño y cocina– en un núcleo central. El resto del volumen queda libre, con una pared móvil y desplegable que sale del núcleo y permite dividir el espacio en estancias o dejarlo libre.
Gris sobre blanco
Con el objetivo de potenciar la amplitud y luminosidad espacial, todo menos el núcleo se ha pintado de blanco. El núcleo es de cemento gris (en paredes, techos y suelos) y varía constantemente su relación con el espacio. Encerrado en sí mismo con las puertas cerradas, con éstas abiertas se esparce, entremezclándose con la vida cambiante de la casa-estudio.
La intervención refleja a la perfección una reflexión del genial Chillida, para el cual “las obras cuando se terminan están muertas para el que las ha hecho… Han vivido contigo todo un proceso y se han muerto un día. Al morirse un día es cuando empiezan a servir a los demás, es cuando la obra nace para los demás…”.
Fotografía: Germán Cabo