Una casa minimalista con la cocina en el centro.
Los propietarios de esta vivienda de 100m2 en el barrio de Salamanca deseaban una cocina más amplia y situada en el corazón de la casa. Ese fue el reto de Estudio Mínimo, especialistas en la optimización del espacio.
Más luz y ambientes diáfanos
La familia, un matrimonio ya jubilado con hijos viviendo fuera de casa, quería que la cocina de su piso de 100m fuese el núcleo de la vida familiar. Un espacio de encuentro y reunión. La casa, que se encuentra situada frente a un frondoso parque en Guindalera, tenía la típica disposición de los años 60; solamente el salón y el dormitorio se asomaban al exterior y disponían de vistas al parque. El resto del espacio, tres dormitorios, una pequeña cocina y dos baños, daban a un patio interior y se conectaban a través de un largo pasillo.
Sergio Sánchez y Alberto Rubial, integrantes de Estudio Mínimo, son expertos en sacar el máximo partido al espacio y reformar pisos pequeños de forma muy funcional. Para cumplir el deseo de sus dueños han realizado una reforma integral, bajo el nombre de M03, que ha trasladado la cocina hasta el centro del hogar. La han transformado en una gran caja, que ocupa y protagoniza el espacio principal de la casa, ahora diáfana.
Dos vigas metálicas delimitan el espacio
Esta caja, totalmente abierta, permite potenciar la relación entre la cocina, la sala de estar y el comedor. Lo hace a través de dos aberturas profundas construidas en madera de abedul, que proyectan y enmarcan la cocina al exterior.
El salón se ha pensado como una nave longitudinal acotada por las dos vigas metálicas originales; marcan y delimitan el espacio sin necesidad de más divisiones.
En la cocina se solucionaron todos los parámetros con panelados. Se optó por porcelánico de gran formato gris perla para los fondos de las encimeras y por un tablero fenólico de abedul al natural para el resto de zonas.
Todos los muebles, así como herrajes y picaportes proceden de Ikea. Los interiores de la cocina pertenecen a la serie Metod, el resto se combina con la Paz y la Bagganäs. Los electrodomésticos y el fregadero son de Teka. Una práctica mesa de comedor blanca completa el mobiliario.
En el suelo se instalaron porcelánicas geométricas de 20×20 en toda la cocina y un parquet de tablillas de castaño en la parte de estar. Esta solución contribuye a diferenciar las dos zonas. Cerca de la entrada, el paso al dormitorio se ha revestido en el mismo tablero fenólico de abedul de la puerta del baño y los armarios, que se han colocado enfrente y así resultan visualmente integrados.
Este mismo tablero de abedul se utiliza también en las nuevas puertas, que llegan hasta el techo y crean una sensación de fluidez y de integración de todo el espacio. Se sustituyeron todas menos la principal que, por su parte interior se paneló en blanco. Se aislaron los tabiques, instalaron nuevas ventanas de aluminio con cristales aislantes y persianas regulables en el mirador.
Las vistas al parque arbolado y la buena orientación de la fachada principal han sido una buena base para que la reforma de Estudio Mínimo lograse el éxito. La vivienda es ahora una casa alegre y luminosa, con una cocina en el centro.
Foto: Amores Pictures