Una casa de vacaciones en Altea opuesta al típico apartamento playero.
El proyecto, obra del interiorista Rafael Senabre, impregna la luz, el sol y el paisaje mediterráneo dentro de la vivienda. El mobiliario de Momocca, junto a los diseños a medida del propio interiorista, transmiten la calidez de nuestro clima a la familia sueca propietaria de la casa.
Materiales nobles y toques de color
El hecho es que la familia residente en Suecia buscaba algo más que una casa de playa. Su intención era pasar largas temporadas en la costa de Altea, en Alicante, donde se encuentra la vivienda, justo en primera línea de playa. Deseaban, también, un espíritu alegre y mediterráneo donde la luz brillante y las vistas al mar bañasen el hogar.
“Querían sentir materiales nobles y toques de color; experimentar la calidez de la zona a través de la madera y los textiles, con colores llamativos, pero no muy estridentes”, explica el interiorista. De ahí parte el concepto del proyecto. Tras un estudiado trabajo, el interiorista y diseñador Rafael Senabre ha convertido el típico apartamento playero en una residencia con todas las comodidades, que respira ambiente mediterráneo y mobiliario de diseño en cada rincón.
Una rehabilitación total
La casa estaba bastante deteriorada y no se adaptaba a las necesidades de la familia; por consiguiente, ha sido necesario reestructurarla y rehabilitarla por completo. Se arreglaron los techos, se eliminaron paredes, se abrieron huecos para armarios y se crearon nuevas puertas. Finalmente, se cuidaron todos los detalles y la decoración de las terrazas y el salón para potenciar la entrada de luz natural. Así, también se integraron las vistas al mar desde dentro de la vivienda, tal y como deseaban sus dueños.
La decoración, depurada, cómoda y geométrica
En cuanto a la elección de los muebles, Rafael Senabre ha apostado por diseños propios hechos a medida para la vivienda, para personalizarla. Diseñó muebles tipo alacena, lacados en blanco, para el salón. Los conjugó con tres llamativos aparadores de líneas curvas que forman parte de la colección Adara de la firma Momocca, con superficie porcelánica blanca.
Algunos de estos muebles sirven como almacenaje y como elementos divisorios. Actúan como integradores de la decoración del salón y comedor, los dos espacios en que se ha dividido la estancia.
Al fondo del salón, observamos otro papel pintado con motivos geométricos en relieve, que cambian según la luz. El mismo se ha colocado en el paso a la cocina, para dar unidad a la decoración.
Un aparador en el que destaca la lámpara de Aromas del Campo, en tonos rosas da un toque fresco, además de combinar con las alfombras y el papel pintado con acabado textil que viste la pared. El juego de sofás en gris completa la decoración de esta casa de vacaciones.
En la zona del comedor, custodiado por las alacenas diseñadas por el interiorista y el aparador de Momocca, mesa y sillas grises van a juego con un gran espejo con forma de sol. Todas las lámparas de mesa son de Aromas del Campo.
Para los dormitorios, Rafael Senabre ha optado por diseños propios: cabeceros, mesitas, textiles, el armario… así se ha logra que, aunque cada habitación es diferente, todas mantienen una unidad decorativa.
La terraza
Por último, la espectacular terraza. Está perfectamente equipada con muebles de ratán y mimbre. El resultado es todo un éxito. A través de detalles de color, materiales nobles, juegos de luz y motivos geométricos, el interiorismo ha convertido esta casa de vacaciones en el objeto de deseo de sus propietarios. Y todo, con la calidez, el estilo y el brillo mediterráneo que se perseguía.
Fotografía: Germán Cabo