Una cantina en la que apetece quedarse a comer.
Ventanas acristaladas, tonos neutros y una terraza con vistas. Pero, sobre todo, una pared de azulejos verdes que aporta ese toque heterodoxo que convierte un espacio corriente en un lugar con encanto. IsabelLópezVilalta+Asociados reforman la cantina de una conocida empresa de maquinaria industrial rompiendo el mito de los impopulares comedores de oficina.
Una cantina diferente
Quedarse a comer en el trabajo es, para muchos, un sacrilegio. Lo es en la mayoría de oficinas que apenas cuentan con un rinconcito donde sacar el tupper y la manzana. En el lado opuesto, no obstante, existen algunos afortunados que cuentan con cantinas como la que acaba de reformar IsabelLópezVilalta+Asociados para la empresa Frigicoll.
Nuevas oficinas Frigicoll
El equipo de la interiorista Isabel López Vilalta acaba de renovar no sólo la cantina, sino también todas las oficinas de la compañía de refrigeración industrial y electrodomésticos Frigicoll en Sant Just Desvern.
La zona de restauración se encuentra en la tercera planta del edificio. El estudio de interiorismo ha querido crear un ambiente desenfadado y confortable, a la par de elegante y con personalidad. Para ello han usado materiales neutros y naturales en toda la zona del comedor.
Un comedor elegante
El espacio del comedor es acogedor, ideal para reuniones y comidas de trabajo. En él, los interioristas combinan hierro en crudo con madera de roble. El mobiliario contemporáneo de piedra, la madera de nogal y el tapizado en cuero aportan seriedad, confort y cierto aire sofisticado al espacio.
El toque de la cerámica verde
El toque personal que distingue el espacio viene de la mano de los azulejos de color verde botella aplicados sobre la pared principal del área de la cocina y la comida.
Y como no podía ser de otra manera, la cocina está completamente equipada con los electrodomésticos de la marca. De esta manera, actúa como su propio showroom.
Luz natural
Grandes ventanales a lo largo del perímetro exterior inundan de luz natural todo el espacio. A través de ellos, además, se gozan de unas vistas únicas que aumentan la sensación de bienestar y desconexión durante la pausa del almuerzo.
El broche de oro lo aporta la terraza, ideal para tomar el café al finalizar una comida de trabajo.
Fotografías de Salva López.