Redescubriendo el Mid-century: Paul McCobb.
Vuelve el diseño americano más cool. Así nos anunciaron en Milán a uno de los diseñadores más desconocidos de Estados Unidos: Paul McCobb.
Con ocasión del Salone del Mobile 2019, hemos tenido la oportunidad de devolver la visibilidad a uno de los iconos del estilo moderno a partir de la II Guerra Mundial. Paul McCobb (1917-1969) fue uno de los principales personajes de la escena del diseño estadounidense en los años cincuenta y sesenta. Durante un período de veinte años, diseñó una impresionante gama de muebles, accesorios y textiles. Que lo convirtió en el creador más vendido durante años en Estados Unidos.
McCobb en el Salone del Mobile
Desde su temprana muerte, de la que se cumplen ahora 50 años (10 de marzo de 1969), sus diseños no han estado en producción, pero ahora están volviendo al mercado gracias al interés de marcas de todo el mundo.
Fritz Hansen y Karakter Copenhagen lanzaron piezas de Paul McCobb durante el Salone del Mobile 2018. Ambas firmas están reconocidas mundialmente por su gusto y cuidado por los iconos del diseño, recuperando piezas de diseñadores como Kaare Klint, Hans J. Wegner, Joe Colombo o Achille Castiglioni entre otros.
Pero este ha sido el año del redescubrimiento de McCobb. Además de los daneses, hemos visto muebles del estadounidense editados por De Padova, Schwinn Originals y Made a Mano.
Paul McCobb saltó a la fama en 1948, como consultor de diseño y decoración en la ciudad de Nueva York. La estética de sus diseños radica en la simplicidad de la forma con una falta de ornamentación. Inspirado en su educación en Nueva Inglaterra e influenciado por el mobiliario estilo Shaker (considerados los primeros minimalistas), McCobb combinó líneas esbeltas con formas escultóricas. Ofreció una versión lúdica de las formas tradicionales, con toques de artesanía escandinava y claridad de estilo internacional, a menudo hecha con materiales asequibles y robustos, como hierro, madera maciza, mármol y tapicería duradera.
Los muebles de Paul McCobb
El estilo minimalista y simple, bandera del estilo mid century modern, está en boga en la actualidad. Lo comprobamos en la pasada semana del diseño de Milán.
Un ejemplo es la colección Planner de Fritz Hansen. Que combina su estética gráfica con una expresión elegante. Una gama versátil de productos para cualquier espacio.
La estantería, una presencia simple pero llamativa, está disponible en tres versiones, cada una en diferentes alturas y configuraciones.
«La belleza reside en la simplicidad», nos comentan desde Fritz Hansen al hablar del espejo. Un diseño que es funcional y decorativo a partes iguales: un marco de acero con recubrimiento de polvo y un estante de mármol de Carrara sostienen la estética elegante y atemporal, mientras que la rotación de 360 grados de giro horizontal asegura el ángulo de visión perfecto.
El revistero Planner ™, también relanzado, explora la interacción de los materiales de contraste y la relación entre forma y función. La silueta perfectamente simétrica sostiene una cesta desmontable hecha de un tejido de mezcla de lana que se envuelve alrededor de un marco de acero.
De Padova por su parte reedita su famoso sillón Wingback. Caracterizado por las esbeltas formas del respaldo y una figura escultórica, con inspiración Shaker y del mueble clásico escandinavo que combinan a la perfección con el catálogo de la marca milanesa.
Mucho más que un mueblista
Principalmente conocido por sus diseños de muebles, McCobb también diseñó radios y televisores para CBS-Columbia, consolas de alta fidelidad para Bell y Howell, junto con otros artículos para el hogar.
Actuó como asesor de diseño para muchas corporaciones líderes, incluyendo Singer, Alcoa, Goodyear, Columbia Records y Remington Rand. Durante años, viajó por todo Estados Unidos para participar en charlas, mesas redondas y apariciones en las charlas de radio y televisión, y tuvo su propia columna de diseño sindicado en los periódicos de todo el país. Además de sus compromisos públicos, enseñó diseño en el Museo de Arte de Filadelfia. Paul McCobb recibió el premio Good Design Award del MoMA cinco veces entre 1950 y 1955, así como el premio Contribution to Better Design Award del Philadelphia Museum of Arts en 1959.
