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‘La nube’ abre una ventana entre lo físico y lo digital.

La metáfora de las ventanas construye La Nube, un atractivo espacio de trabajo en Madrid para Red.es, una entidad pública que desarrolla programas de impulso de la economía digital. Un entorno sostenible y lleno de color, en el que Izaskun Chinchilla vuelve a recrear paisajes imaginados.

«En la ciudad, y muy especialmente en los barrios de negocios y oficinas, las ventanas son elementos importantes», señala la arquitecta madrileña. Convertidas en ojos que vigilan la ciudad, funcionan como vínculos de unión entre lo público y lo privado. Y es que no sólo aportan bienestar y confort visual a los que habitan su interior, sino que también son la tarjeta de visita de muchas empresas. A través de ellas se muestran los negocios a la gran ciudad, en forma de «escenarios urbanos».

Para Chinchilla, «no es casualidad que el sistema operativo de Windows utilice la metáfora de la ventana para desplegar y ordenar la información dentro del ordenador». Un sistema que, además de práctico e intuitivo, invita al deseo. Porque, ¿quién no quiere trabajar frente al mar o con su ventana abierta a un precioso bosque?. De esta forma, Windows ha logrado asociar las ventanas a la memoria colectiva, presentando sus productos como asequibles y atractivos.

La ventana

Al igual que el sistema operativo, la arquitecta y su equipo hacen de la ventana el principal elemento de estas oficinas. Un guiño al carácter tecnológico de la empresa que alberga, que integra parte de las soluciones funcionales y de mobiliario en los elementos de carpintería. Abiertos o cerrados como ventanas o balcones, estos contribuyen a la versatilidad de un espacio que hace referencia al imaginario que une el mundo digital con el físico.

Con 240 metros cuadrados y distribuido en tres áreas diferenciadas –auditorio, taller y salas de reuniones–, su diseño flexible permite organizar presentaciones y eventos que ocupan toda la sala. Aunque el espacio contaba con abundantes entradas de luz natural, las poco afortunadas vistas sobre los edificios colindantes inspiraron una intervención que busca recrear un paisaje acogedor y relajante.

Espacios contiguos a las ventanas, donde leer o disfrutar de una conversación en contacto con la luz natural y las vistas, son escenas que forman ya parte del imaginario colectivo. Imágenes que Chinchilla quiere se conviertan en referentes de este espacio. «Queremos asociar el acceso al entorno digital con algo agradable, que el visitante puede realizar con comodidad desde su hogar», explica.

Paisaje interior

«No podemos ofrecer una magnífica playa o bello bosque frente al edificio», señala la arquitecta. Para solucionarlo, el proyecto construye un paisaje interior que logra que las vistas desde las ventanas resulten agradables a quien trabaja allí.

A medio camino entre lo físico y lo virtual, las ventanas vinculan al trabajador con la creatividad y la innovación. Todos los acabados y elementos forman parte de una escena donde las ventanas flotan como nubes. Nubes pixelizadas que unen lo físico y lo digital.

Fotografía: Imagen Subliminal (Miguel de Guzmán + Rocío Romero)

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