Room Mate Bruno, un viaje a la Holanda más colonial.
Situado en uno de los centros de negocios más importantes de Europa, Bruno hace gala de la filosofía que caracteriza a la conocida cadena hotelera. Ofrecer verdaderos «hogares» y convertir a sus clientes en mucho más que huéspedes es ya, sin duda, una de las principales señas de identidad de Room Mate.
El nuevo hotel ocupa un antiguo almacén de especias del siglo XIX del puerto de Rotterdam. En uno de los pocos edificios históricos que quedan en el distrito de Kop Van Zuid, conocido como el Manhattan holandés, Teresa Sapey ha diseñado un espacio que combina tradición y modernidad. Un edificio que, conservando su estructura original, traslada al visitante a un viaje histórico por las colonias holandesas.
«Bruno es un explorador, un marinero, un curioso viajero que, a través de sus experiencias, nos invita a visitarlo». Todo en él homenajea su pasado. El único edificio superviviente a las bombas de la Segunda Guerra Mundial estaba originalmente lleno de bolsas con plantas preciosas procedentes del Lejano Oriente.
Un viaje por las colonias holandesas
Para preservar el carácter del edificio original, el hotel se llena de referencias al mar, los viajes y el firmamento. «Los marineros fueron guiados por las estrellas y la cartografía astrológica. Room Mate Bruno representa en cada uno de sus espacios cómo se descubrieron los nuevos mundos», cuenta Sapey. Es la tercera vez que la arquitecta colabora con la cadena de Sarasola.
El color, los elementos náuticos y las pinturas flamencas juegan un papel muy importante en el nuevo espacio. Además de conservar la identidad naval del edificio original, la intervención introduce un guiño al sol, el sabor y los colores de España.
Una combinación de colores única
Room Mate Bruno destaca por la linealidad de sus formas, las figuras geométricas y un cromatismo exuberante. Con una combinación de colores única, cada piso cuenta una historia diferente. La iluminación también juega un papel fundamental en un espacio que traslada a sus huéspedes a un mundo casi onírico.
El maravilloso jardín congelado de su interior es uno de los secretos mejor guardados del hotel. En él, el azul y el naranja se unen para crear una isla de hierro, que envuelve un espectacular naranjo. Para ello Sapey ha escogido las originales plantas de Petite Friture, y las sillas-columpio Náutica de Expormim.
En un barrio referente ya a nivel cultural en Europa, que aglutina muchas de las actividades más interesantes de la ciudad, Bruno comparte edificio con una de las últimas propuestas gastronómicas de Rotterdam. Con 15 puestos de comida tradicionales y temáticos, The Foodhallen ofrece una gran variedad gastronómica a los visitantes.
Room Mate Bruno
Wilhelminakade 52
3072 AR Rotterdam, Países Bajos
room-matehotels.com/en/bruno