El restaurante chino con sabor a ladrillo y madera.
Con una estructura híbrida de ladrillo y madera local, que convive a la perfección con la piedra del horno original, y una cubierta prolongando la pendiente natural de la ladera, la nueva construcción conserva la mayor parte de la huella del antiguo edificio.
A través de muy distintos elementos y espacios que combinan lo antiguo y lo nuevo, lo tradicional y lo vanguardista, el restaurante crea una experiencia gastronómica única, con un horno de cerámica como original telón de fondo.
La fábrica de ladrillo -que para abaratar costes se encargó a un fabricante cercano- y la estructura de madera fueron elegidas como componentes primarios de la construcción, tanto por sus implicaciones económicas como por las históricas. Además, todo el montaje ha sido ejecutado por trabajadores locales a partir de los métodos y materiales tradicionales de la zona.
A medio camino entre dentro fuera, el restaurante se cubre con un techo suspendido, apoyado sobre una estructura de madera y columnas de ladrillo. Los elementos del horno original, que se han conservado en un estado de casi ruina, descansan sobre el pavimento de pizarra recientemente instalado que linda con la ladera rocosa natural que daba forma a las paredes del horno.
El proyecto va más allá de una nueva estructura superpuesta a una condición existente, a través de pequeños detalles que demuestran el interés del arquitecto por la historia del sitio y su cultura. Además, para desarrollar la estructura de paredes y techo se llevó a cabo una muy extensa investigación material, y se utilizaron paneles de fibra de yeso de alta densidad para absorber el sonido.
A lo largo de su recorrido por el espacio, los visitantes pueden disfrutar de una pintoresca decoración, con pequeñas ollas de producción local encajadas en las paredes, piedras desenterradas y colocadas como pedestales que iluminan el camino de entrada, y troncos de bambú suspendidos del techo.
Fotografía: Tian Qi, Liu Guochang