Entrevista a Erico Navazo, la belleza de la imperfección.

Navazo aboga por las estancias vividas, por las casas llenas de amigos y por veladas interminables. Nos lleva en un viaje en el tiempo, desde el s.XVIII hasta la actualidad. El interiorista tiene una personalidad con la que es fácil empatizar y crear lazos, por eso no nos extraña que cuente con clientes fieles, y que los nuevos que lo conocen queden rendidos ante su manera tan única de entender los espacios. En su trabajo y en su persona, Erico es todo estilo.

Tengo la impresión de que tu estilo decorativo es como un viaje en el tiempo, donde vas recogiendo cosas de diferentes épocas, del s.XVIII, de los años 50, etc. Y una vez junto todo encaja. Me asombra tu gran habilidad para lograr este perfecto encaje de piezas.
Los espacios van pidiendo lo que necesitan, vas equilibrando una piezas con otras, los elementos van dialogando entre sí. Todo se puede encajar. Hay clientes que las cosas que tienen no son feas pero no están bien montadas, hay que saber combinarlas bien. Y luego la proporción, no poner todo de los años 50 por ejemplo. Y en general, siempre intento aportar elementos que den personalidad , incluso lo no bello, de hecho los objetos cotidianos son los que más me gustan. La obsesión por la belleza o por la perfección está muy lejos de lo que a mi me gusta.

Ahora entiendo tu pasión por vagabundear en mercadillos y perderte los sábados en el Rastro.
Siempre estoy a la búsqueda de objetos.

¿Cuál es la pieza más antigua y la más moderna en tu casa?
Tengo unas sillas Carlos III que son piezas muy importantes del s.XVIII español en madera verde policromada. Y conviven en el mismo espacio con un mueble de Joe Colombo de los años 60. Y en cuanto a modernas, por ejemplo una obra de Guillermo Mora increíble. Una fotografía de Juan Baraja muy conceptual. Y una escultura de Andrea de la Concha, una joven gran promesa.

Cuando veo un espacio tuyo no me quedo con ninguna pieza en concreto, veo una escena. ¿Es el conjunto más que la suma de las partes?
Sí, soy más del conjunto, de los espacios apacibles y relajados. No me gustan los sitios donde hay piezas arrogantes.

Tu casa es sencilla, elegante cálida, casi monacal. ¿Qué buscas en ella?
Pues básicamente eso, estar en paz, tranquilo, descansar. Y sobre todo siempre intento que sea una casa muy vivida. Siempre hay gente en casa, comidas y cenas con amigos. Es un espacio relajado. La arrogancia es algo que no va conmigo. Y en este caso mi casa es antigua, pero cuando hacemos espacios contemporáneos buscamos la misma idea, la serenidad de espacios.

Es también muy orgánica, llena de texturas, madera, mármol, terciopelo. ¿Qué parte de ti como persona se refleja en la manera que llenas los espacios?
Soy una persona muy sensitiva y me gustan los espacios así, la sensación real que te transmite. Ni la foto ni el show off. La honestidad de cada material. Hay cosas pobres muy bellas.

¿Cómo la encontraste?
Fue una historia muy bonita. La encontré hace quince años, mientras pateaba por la calle viendo los carteles de los balcones, que era la única forma antes de encontrar piso. Llevaba cerrada veinte años. Tiene siete balcones que hacen esquina y una luz impresionante. Estuve quince años de inquilino y luego tuve la suerte que me la vendieron y pude reformarla.

¿Y cómo planteaste la reforma?
Lo mas importante fue llevar la cocina al lado del salón. Antiguamente las cocinas estaban justo al final de un largo pasillo, al otro lado de la casa. Mantuvimos materiales antiguos, las baldosas hubo que levantarlas y luego volverlas a poner. Son reformas de pisos que hay que quererlas de verdad, con amor, porque económicamente no son tan rentables. Luego he reproducido alguna puerta que no existía. Por suerte aún hay carpinteros artesanos muy buenos. Hay que apostar por estas tradiciones sin lugar a duda.

¿Donde tienes las mejores conversaciones?
En la cocina. Tiene una mesa amplia y entra una luz muy bonita.

Tienes mucha cerámica por todas partes. Me gusta la manera tan natural en que la integras.
Por suerte está en plena tendencia lo cuál es muy bueno para valorar su histórica tradición; la de Talavera, la de Teruel, la de Manises, son piezas increíbles. Antes hablabas de cerámica y parecía que coleccionabas botijos, y de hecho hay botijos maravillosos del s.XVIII y s.XIX. Siempre me ha gustado, es una obsesión. En concreto la de los 70, supongo que por cercanía temporal, me fascina.

¿Tus amigos se atreven a regalarte objetos de decoración?
Sí, claro. Tengo una piña de cerámica que me regalaron por mi cumpleaños que me encanta. Es de Mestizo, en la calle Piamonte aquí en Madrid. También me regalaron un monotipo de Nuria Vidal, con la que hicimos el proyecto de un hotel y ella realizó todos los grabados originales.

¿Y lo último que has regalado tú?
Me encantan las vajillas y las cosas para la casa. Unas servilletas antiguas de un mercadillo. Es bonito tomarse una copa en casa con detalles así.

Hablando del estudio, parece un rincón de un jardín botánico.
Lo hicimos nosotros poco a poco. Es la clave del estudio, la entrada de luz natural. Lo cuido yo mismo, me pongo ahí a podar, a trasplantar, a abonar. Me gusta este estilo un poco salvaje.

¿Qué necesitas para trabajar a gusto?
Orden, silencio y tranquilidad. Yo soy muy activo y necesito un equilibrio.

¿Por dónde se empieza cualquier proyecto?
Por conocer al cliente. Hay interioristas que quieren marcar su sello por encima de todo. Para mí la mayor satisfacción es que el cliente vea su piel ahí.

¿En qué proyecto estás ahora?
En algo muy curioso y entrañable. Estamos trabajando con los hijos de mis primeros clientes, cuando empecé hace casi dieciocho años. Nos hace mucha ilusión, son niños que ahora se independizan, o montan un negocio. Se ha creado un lazo del que me siento muy orgulloso. Y en otro orden de cosas siempre estamos en colaboración con pequeñas cadenas de hoteles donde siempre hay espacios para renovar; y actuaciones puntuales con cadenas más grandes; también proyectos residenciales. Como ves, todo muy versátil.

Queremos agradecer a Erico Navazo el tiempo que nos ha dedicado para poder realizar esta entrevista. Podréis saber más sobre él en ericonavazo.com y en su Facebook.

Entrevista, fotografía y textos equipo Slowkind
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