Hostmaker te lo pone fácil con Airbnb.
Hostmaker gestiona ya 1.000 viviendas y tiene oficinas en Londres donde está su sede, Roma, París y Barcelona. De visita a nuestra ciudad hemos podido charlar con su fundador, Nakul Sharma.
¿Cuáles son exactamente vuestros servicios?
«Proporcionamos todo el servicio hotelero para los propietarios de viviendas de alquiler: limpieza, ropa de cama, recepción, reparaciones… También les ayudamos a conseguir mejores ingresos con un software de precios inteligentes, parecido al de los billetes de avión; esta herramienta al final es usada manualmente, pero con un algoritmo automático de ayuda. Conseguimos entre un 50 y un 100% más de ingresos para el propietario, que cubren el 20% de comisión que se lleva Hostmaker. Esto es un trabajo profesional, no amateur, y las personas individuales difícilmente lo pueden hacer».
¿Por qué habéis comenzado vuestro negocio en Londres, París, Roma y Barcelona?
«He vivido siempre en grandes capitales, Londres, Singapur, Dubai, debido a mi trabajo en grandes cadenas hoteleras. Además crecí en Mumbai, India. En 2012 empecé a pensar en Airbnb y me di cuenta que en realidad no era una idea tan nueva. En el campo era normal alquilar viviendas privadas o habitaciones, pero era algo nuevo en las ciudades. Y la razón del éxito en las ciudades era la gran escasez de habitaciones hoteleras. En las mayores 25 grandes capitales del mundo, tras la crisis financiera, las compañías inmobiliarias no fueron capaces de conseguir inversión para construir hoteles. El nivel del turismo y viajes de trabajo es ahora como en 2008, y no hay suficientes plazas hoteleras. Los hoteles existentes gozan de una muy buena rentabilidad, por los altísimos precios. Hay un gap entre oferta y demanda, muchas personas no pueden acceder a un hotel. Y esa ha sido la gran oportunidad de Airbnb».
Apartamento en Roma
En Barcelona habéis aterrizado hace algo más de un año y medio ¿Cómo veis el tema del Ayuntamiento y los apartamentos turísticos?
«Nos parece realmente bueno que haya una regulación como la licencia turística. Otros países han hecho una regulación ad hoc para Airbnb sin mucho criterio. Aquí es mejor, la licencia turística le da un control al Ayuntamiento; eso permite gestionar el flujo de turistas a barrios distintos del centro. La situación es mejor que en otras ciudades».
«Pero quizás hay otros temas que el Ayuntamiento no está teniendo en cuenta, como cuál es la verdadera ventaja del turismo para la ciudad. El crecimiento de visitantes en esta ciudad ha sido exponencial, ha traído una gran riqueza pero no solo para las cadenas hoteleras. El alquiler de viviendas privadas y habitaciones supone un dinero extra para personas a veces muy castigadas por la crisis».
«Y por último, también es importante ver cómo la concesión de licencias turísticas sube el precio de los inmuebles que las consiguen. El Ayuntamiento está haciendo crecer el precio de esas viviendas muy buscadas por los inversores, extranjeros la mayoría».
Terraza en Barcelona
Es difícil pensar en el turismo de Barcelona sin pensar en la costa ¿Vais a dar servicios a las zonas de playa?
«Aunque nuestra oficina siempre estará en Barcelona, podemos dar servicios en un futuro a casas en zonas como Ibiza u otros lugar de playa demandados. Nos centramos en el mercado premium y hay zonas cercanas a la Ciudad Condal que nos pueden encajar. No buscamos súper lujo pero si buenas casas para crear una buena experiencia, de un precio sobre los 100-200€ por noche».
Apartamento en Barcelona
Detalle del comedor de un apartamento londinense
Si el servicio de Airbnb se vuelve profesional, ¿no pierde un poco su alma: conocer gente, el ‘local touch’?
«Nos enfocamos mucho en no perder esto, cuidamos la magia de la llegada, las personas que reciben a los huéspedes son locales y les esperan de una forma muy amigable. Tenemos un welcome pack muy especial que incluye tanto la emoción y el descubrimiento de una casa ajena, como la seguridad que sientes en una casa. Por ejemplo el welcome pack tiene leche en la nevera, café, te… pero también salsa Espinaler, olivas, Vermut, un toque muy local. Respecto a los consejos sobre el viaje, lo que damos es una Gran Tip, hemos visto que cada uno trae su propio itinerario a partir de las guías. Nosotros les explicamos algo mágico y local que no encontrarán en ningún mapa turístico.»
Salón de un elegante apartamento en Londres
Hablemos del diseño de interiores. También es un servicio que ofrecéis ¿Cómo empezasteis con esto?
«Empezó mi mujer que es abogada, pero ahora tenemos 3 diseñadores de interiores y hemos aprendido por el método de prueba y error. No sabíamos nada de diseño de interiores, pero sí sobre la experiencia de hospedarte en una casa. Ahora ya hemos diseñado más de 50 proyectos entre Londres y Barcelona. Sólo decoramos, no hacemos obras. Es muy interesante ver cómo los propietarios cambian la decoración teniendo en cuenta que tendrán huéspedes, que las fotos queden bien, que haya un lugar para dejar los objetos de valor… Los huéspedes esperan un estilo distinto en cada ciudad, pero hay cierto carácter internacional que debe estar en todos los apartamentos. El viajero urbano es muy cosmopolita, quiere algunos elementos internacionales».
«Amueblamos los apartamentos teniendo en cuenta el presupuesto, la rapidez y la estética. Mezclamos tanto objetos comprados en IKEA, como en tiendas de precio medio o incluso de marcas más top. Buscamos la combinación y estamos desarrollando este negocio, nuestros 3 interioristas en plantilla ya han realizado 15 proyectos; incluso vemos que puede ser un negocio en si mismo. Pero nunca queremos hacer apartamentos estándar».
Dormitorio de apartamento en Londres
Las start-ups no suelen ser intensivas en empleados, ¿cómo vais a gestionar este tema?
Hace 2 años y medio que se fundó la compañía y hoy son 150 empleados, en las oficinas de las 4 ciudades trabajan unas 40 personas. El resto de la plantilla trabaja en el ‘front office’: son conserjes, limpiadoras… Mientras muchos hoteles subcontratan estos servicios, normalmente con sueldos muy bajos, Hostmaker busca personal que de buen servicio y se comprometa con el espíritu de la compañía: «No somos una empresa de limpieza. Nuestros empleados son cuidadores de casas, un bien preciado para los propietarios, y por eso les pagamos bien y les cuidamos. Porque queremos que trabajen bien y sean gente de confianza. Cuando tratas bien a las personas, te respetan». A pesar de que las leyes son complicadas para una mentalidad anglosajona, su retención del personal es del 75%, mientras que en un hotel la media es del 25%. «No les tratamos como limpiadores, sino como personas que dan un servicio, es nuestra propuesta de valor. El servicio de nuestro personal es excelente, como en un hotel».
¿Los agentes de la economía del home sharing, os consideráis un lobby contra la industria hotelera?
«De hecho no, porque los hoteles tienen un viajero distinto al nuestro. El concepto del hotel americano se pensó hace 70 años: en los ’50 las cadenas como Hilton o Sheraton eran para los americanos que viajaban 2-3 días por negocios. Hoy en día solo el 50% de los viajes son por negocios, el resto es por ocio. Familias de vacaciones, amigos que van a pasarlo bien, y hombres de negocios de larga estancia quieren algo distinto a un hotel. No somos en realidad competencia. Quizás los hoteles deberían pensar en una experiencia distinta; en este sentido los boutique hotels ofrecen algo intermedio. Pero estamos convencidos que los hoteles de 3 y 4 estrellas tienen que reinventarse. Los de 5 estrellas y gran lujo está claro que atienden perfectamente a una demanda que busca el lujo y la comodidad de un hotel al uso».
El joven equipo de Hostmaker Barcelona