Bea Bombí, una slowkind: El reto de lo atemporal.
Bea Bombí nos recibe en su estudio de interiorismo, un lugar lleno de luz y de color, que definen bien la forma de concebir cada uno de sus proyectos. A Bea le gustan los ambientes funcionales y a la vez cálidos, sus estanterías rebosan libros de arte y arquitectura que utiliza como referente a la hora de crear. Su faceta artística ha estado siempre presente en su vida, influenciando su trabajo como diseñadora de interiores. Es una apasionada del deporte y nadar en mar abierto le sirve de válvula de escape, para luego sentarse a trabajar con todos los sentidos bien despiertos. Bea es la mezcla de una interiorista metódica y detallista que vive su trabajo con entusiasmo y pasión.
Un pasado nada convencional para una interiorista, primero abogada, luego pintora. Con este background tan versátil, ¿con qué cosas te has quedado y que te estén sirviendo ahora en tu trabajo como interiorista profesional?
La abogacía me ha dado método de trabajo, orden y disciplina lo cual es de gran ayuda durante la gestión de un proyecto. Y mi práctica artística, el comprender el espacio en tres dimensiones, la combinación de colores y soportes, así como su interacción con la luz.
Y con todo esto, ¿cuál dirías que es tu seña de identidad como interiorista?
Es difícil, una cosa es lo que uno cree que transmite y otro lo que acaba materializándose. En general persigo la atemporalidad y la funcionalidad. Y siempre intento añadir un giro diferente a lo esperado, por ejemplo hace poco utilicé el corcho para el diseño de un baño. Me gusta probar cosas fuera de contexto.
Las librerías de tu estudio están repletas de libros de arte y de arquitectura. Dicen mucho del enfoque de diseño que le das a tus proyectos. Cuéntanos cómo ves esa relación entre pintura y arquitectura.
Para mí son campos totalmente complementarios, disciplinas en las que no existen fronteras. Hay grandes arquitectos que fueron y son grandes artistas como podría ser el caso de Max Bill; artistas maravillosos que estudiaron arquitectura como Tomás Saraceno; y artistas que a su vez han inspirado a muchos arquitectos.
¿Cómo lo traduces a tu enfoque de diseño interiorista?
Me gusta partir de una idea o concepto que me ha inspirado una obra de arte e intentar adaptarlo al proyecto concreto.
Tres pintores y tres arquitectos que hayan sido determinantes en tu desarrollo profesional.
Pintores, Joaquín Torres García, Ben Nicholson y Brancusi (este último escultor) y necesito añadir un cuarto, la representación femenina es fundamental, Mira Schendel. Y en cuanto a arquitectos, Alvar Aalto, Luis Barragán, y Peter Zumthor. ¡Y de nuevo me paso!, es imposible olvidarse de Coderch, un maestro.
¿Cómo consigues que lo racional conviva con lo emocional?
Quizás la parte racionalista existe en la intención y deseo de crear cajas atemporales, de líneas rectas, con materiales y colores neutros. La calidez suele aportarla la mayoría de las veces la madera, un material que me gusta muchísimo, el color y la luz.
En tus obras pictóricas trabajas mucho con transparencias y superposiciones. ¿Se puede trasladar esto al interiorismo de una casa?, ¿en qué?
Si, con el uso de materiales translucidos y juegos de luces.
¿Un espacio único y continuo, o los pequeños rincones?
Depende del espacio y las necesidades, pero prefiero un espacio único. Y por supuesto un espacio único no tiene porque ser frío, puedes crear pequeños y cálidos rincones dentro del mismo. Uno vive en el otro.
¿Cuáles son tus gustos o ideas en iluminación?
No me gustan los espacios con excesiva iluminación y trato de combinar diferentes tipos de luces adaptándome al espacio. Es uno de los aspectos más complicados de los proyectos y suelo colaborar con un estudio de iluminación.
¿Y en mobiliario?
Si te digo todos los diseñadores que me gustan la lista sería muy larga, pero por citar algunos: Jean Prouvé, Charlotte Perriand, los Eames, Castiglioni, Marcel Breuer, Arne Jacobsen, Hans Wegner, Noguchi. Pero también me pueden fascinar piezas antiguas art déco o de diseño escandinavo. La verdad es que soy una persona con gustos muy abiertos, al final depende de la pieza y su historia.
Tienes sensibilidad y metodología, algo que no muchas veces va unido. ¿Se prioriza una u otra según el proyecto o la fase en la que esté?, ¿o son inseparables?
Según las fases una parte cobra mayor protagonismo que la otra pero al final todo se va equilibrando. No es fácil casar presupuesto con creatividad pero hay que hacerlo. De hecho el tener que adaptarte a un presupuesto suele ser un ejercicio de creatividad. Un claro ejemplo han sido los proyectos tan interesantes que han surgido durante la crisis.
Tienes una gran relación con Cadaqués, actualmente estás trabajando en un proyecto allí. ¿Cómo afecta un entorno con una personalidad tan fuerte como Cadaqués en las decisiones a tomar en el proyecto, desde la obra hasta la decoración?
Cadaqués inevitablemente influye mucho, pero en verdad cualquier lugar debería hacerlo. Es muy importante adaptarse al entorno y al paisaje. No hay que perder de vista la luz, los materiales locales y no dejarse influir por las modas.
¿Cuál es tu objeto fetiche en una casa?
Siempre que puedo utilizo la butaca BKF del Grupo Austral.
¿Y tu espacio preferido en ella?
Sin duda un rincón donde se pueda colocar una librería y una buena butaca. Es un espacio que me hace sentir arropada, es mi tiempo para mí.
Queremos agradecer a Bea Bombí el tiempo que nos ha dedicado para poder realizar esta entrevista. Podréis saber más sobre ella en beabombi.com.
Entrevista y textos equipo Slowkind
Fotografías Naty Creci
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