Moleskine se hace cafetería en Milán.
El Moleskine Café está situado en el corazón de Brera, el distrito preferido de los diseñadores. El espacio es una mezcla de cafetería, galería de arte, tienda y biblioteca. Su interiorismo es Moleskine al cien por cien: líneas mínimas y limpias, y una paleta cromática de colores neutros, como los primeros modelos de la libreta.
La cafetería es una nueva manera de traer al presente el espíritu de los grandes artistas y pensadores de los últimos dos siglos. Si la libreta, lanzada en 1997, recuperó la forma de los cuadernos que utilizaron Pablo Picasso o Ernest Hemingway, el Café Moleskine se presenta como un lugar para que florezca la creatividad y la reflexión a través de un café o en sus rincones más relajados y silenciosos.
También ha sido diseñado para acoger charlas, exposiciones y, cómo no, cuenta con una original boutique con las colecciones de la marca para quien necesite papel en ese instante, quiera llevarse un recuerdo a casa o simplemente quiera comprar uno de sus productos.
Decíamos que la paleta del café sigue la estela de las primeras libretas. Ahora bien, al igual que la marca se ha atrevido con diseños y colores menos neutros en los últimos tiempos, el mobiliario del espacio tiene toques en colores vibrantes.
La marca italiana Pedrali ha sido un de las elegidas para amueblar el espacio. Sus colecciones de plástico, metal y madera aportan luminosidad y vida al conjunto. Ahí están las sillas, los sillones y las mesas de las colecciones Nemea, Malmö o Laja. A destacar los brillantes colores de las sillas Nolita y las mesas Ypsilon de la terraza.
Por cierto, los amantes de las Moleskine pronto podrán disfrutar de la cafetería en otras ciudades. Y un incentivo: sólo allí podrán comprar un modelo inspirado en los granos del café y con ilustraciones interiores que recogen la historia de esta legendaria bebida.
Moleskine Café
Corso Garibaldi, 65
Milán, Italia