Hotel Peralada. Dormir entre vino y cava.
Diseñada en torno al vino y al cava, nada más entrar, la recepción ya cede protagonismo a los cuadros y la gran exposición de productos de Bodegas Perelada que descansan sobre un conjunto topográfico de pallets. «Para lograr un espacio diáfano y luminoso revestimos los pavimentos existentes de gres por una superficie continua de color piedra claro y alfombras de fibras naturales» cuentan los interioristas.
Tanto las paredes de la entrada como las de la escalera que conduce a las zonas comunes y habitaciones de la primera planta han sido pintadas a la cal, un acabado que les confiere un aspecto más rústico y luminoso.
La escalera desembarca en un salón, un espacio acogedor en el que destacan las paredes revestidas de roble recuperado, las estanterías de roble, hierro y latón, la chimenea exenta de hierro y la alfombra de lana estampada de 576 x 720 cm, diseñada especialmente para esta estancia. El mobiliario de cuero, hierro, piedra y madera del interior coloniza parcialmente la terraza contigua, donde el cliente puede sentarse a leer o tomar algo.
Convertida en protagonista del espacio, la barra central sirve para dar servicio y articular los distintos ambientes, colonizados por muy diferentes tipos de asiento y mesas de varias alturas y materiales. Fabricada en piedra Sierra Elvira y listones de nogal, sobre ella cuelgan volúmenes de hierro y vidrio que funcionan como botelleros y al mismo tiempo iluminan la superficie de trabajo.
Para el restaurante se ha elegido mobiliario de mimbre, hierro, madera, piedra y tejidos naturales, apto tanto para interior como para exterior. Un espacio cálido y acogedor, gracias a los tonos neutros de los revestimientos, los cuadros procedentes del Museu Castell de Peralada, las lámparas de pie, las alfombras exteriores y las cortinas de lino. Una celosía compuesta por pletinas de hierro y tacos de madera de roble, donde se exponen los vinos y cavas de las Bodegas Peralada, separa el restaurante de la masía, utilizada como sala de eventos.
Para potenciar la arquitectura original de la masía, los arquitectos derribaron la construcción añadida. Con un pavimento contínuo que resalta la estructura de muros de piedra y lámparas Cirio de Santa Cole en el centro de las crujías, se trata de un espacio autónomo, con su propia barra, muebles de apoyo y estanterías de madera recuperada de roble, granito zimbawe y hierro.
Una pérgola de madera de iroko delimita la terraza de la masía, a la que se puede acceder a través de grandes ventanales con carpintería de madera.
«La intervención en las habitaciones debía ser epidérmica, por lo que decidimos colocar parquet laminado de roble, aplicar revestimientos a la cal de color arena en paredes y techos y diseñar muebles versátiles de roble, hierro y dm negro» explican los autores de la intervención. Espacios acogedores y con carácter doméstico, donde las alfombras de fibras naturales, las cortinas y cojines de lino y las lámparas decorativas dan lugar a un aspecto actual, logrado a partir de materiales rústicos.
Los mismos colores neutros de las habitaciones revisten las puertas, paredes y techos de pasillos y distribuidores, con alfombras de coco envolviendo el espacio.
Para las paredes, techos y pavimentos del spa se han empleado los mismos tonos claros que en el resto del hotel, con colgadores metálicos con telas y toallas que funcionan como separadores entre las camas de madera recuperada, situadas junto a la piscina interior.
Hotel Peralada
Wine Spa & Golf, Peralada, Gerona
www.hotelperalada.com