Casa Dorita: tradición renovada en el barrio de Sant Antoni.
Los propietarios de Casa Dorita, con una idea muy clara de los valores de su proyecto gastronómico, querían un espacio con carácter, sobre todo acogedor y de “atmósfera casera”, que plasmara su vínculo con la historia y las tradiciones culinarias.
Este concepto de negocio requería un espacio que destacara por su calidez, una personalidad fuerte y que desprendiera tradición, ya que hasta el mismo nombre del restaurante denotaba estas premisas: Casa Dorita.
El local con el que se encontró Dröm Living tenía 78 m2 útiles distribuidos en un espacio estrecho y largo con entrada de luz sólo en la parte frontal. Anteriormente, estaba ocupado por una tienda de lencería de la que no se quería conservar nada.
El nuevo Casa Dorita requería una cocina a la vista del público, zonas de comedor y una barra con corner de venta de charcutería, además de nuevos baños.
Con el estilo de una bodega tradicional como referente, Dröm Living, en colaboración con Montse Caixal, combinó una gran diversidad de materiales nobles para aportar la máxima calidez al ambiente: piel, en verde o marrón en tapicerías; mármol, en la barra, la cocina y algunas mesas; y madera y hierro para gran parte del mobiliario. Estos se intercalan con elementos vintage, como lámparas o cerámica, sobre una base de tonos oscuros que marcan la personalidad del espacio.
La madera es la protagonista del proyecto: recuperada de antiguas traviesas de ferrocarril, de naves industriales o de sobrantes de obra, se trató y restauró para dar vida a las mesas, la barra, los bancos y a una gran vitrina suspendida a lo largo de la pared de Casa Dorita.
En cuanto a los colores, las interioristas optaron por un azul marino y un verde botella para paredes y techo, el dorado en elementos metálicos y matices granates en la tapicería de cuadro escocés, así como en el diseño del pavimento hidráulico. El marrón, por su parte, domina en el mobiliario.
Destaca el ladrillo original recuperado y saneado, y un revestimiento de porcelánico blanco de baldosa artesana dispuesta en forma de rombo con junta azul marino, que conviven perfectamente con la gama de tonos oscuros.
Para el pavimento, Dröm Living combinó un parquet laminado de madera envejecida con un mosaico hidráulico hexagonal, diseñado en exclusiva y fabricado con las técnicas tradicionales. Resulta interesante la aplicación de las baldosas hidráulicas, dando la sensación de que han sido colocadas de forma casual.
Para minimizar el eco y fomentar una buena sonorización, se ubicó, en la zona central del comedor, un falso techo-isla colgante de material fonoabsorbente. La distribución busca crear un efecto de loft con la cocina a la vista a través de una estructura de hierro dorado y cristal antiguo de colores recuperado, que divide el espacio en dos zonas con mesas.
En el fondo del local, un pequeño patio que se llenó de vegetación aporta el toque más fresco. En la entrada, buscando romper barreras entre exterior e interior y facilitar la entrada de luz, se diseñó una puerta plegable que ocupa todo el ancho del local y que puede abrirse completamente.
El baño se proyectó con un diseño simple en azul marino, grifería de latón de la firma Tres, especialmente ideada para el proyecto, y hidráulico en el pavimento. El mueble de baño de hierro, el espejo y el porta rollos fueron diseñados por Dröm Living.
Todas las instalaciones se hicieron a la vista con tubos de cobre, buscando un estilo industrial al que se suman las lámparas de techo ubicadas sobre la barra y las mesas laterales. En todo el espacio se optó por una iluminación Led cálida de 2700 K priorizando conseguir una gran sensación de confort.
Fotografías Néstor Marchador
Casa Dorita
Tamarit 142
casadorita.com